Su majestad Deep Purple fue alabada hasta el infinito.
La banda inglesa presentó en León su disco Infinite abanderado por su Long Goodbye Tour, gira con la que se despidieron de los escenarios mexicanos, y de paso, dieron cátedra de toda una experiencia en la industria.
Más de 3 mil 500 personas llegaron al recinto enfundados en looks rockeros, otros desembolsaron en mercancía oficial para el recuerdo.
Por el pasillo del C4 de Poliforum, unos cuantos afortunados tuvieron la oportunidad de “cazar” a Eddie Trunk el periodista musical especialista en rock y heavy metal (líder de “That Metal Show”), quien acompaña a la banda desde el inicio de sus conciertos.
Calientan el escenario
Después de las 9 de la noche, y con un frío que heló hasta las ideas, comenzó el aporreo de la batería de una de las más esperadas: In Flames, quienes por primera vez en la ciudad mostraron su poderoso death metal.
La banda es vieja conocida de los festivales metaleros (recién estuvo en el Hell and Heaven), son pilares del sonido Gotemburgo y es la nueva favorita de los fans de Deep Purple que la descubrieron esa noche.
Por más de 40 minutos, los nórdicos comandados por Anders Fridén se encarrilaron por la historia de casi 30 años, con éxitos como “Only for The Weak”, “Alias”, “Trigger”, sólo por mencionar algunas.
En un perfecto español, saludaron y agradecieron el “support” de los mexicanos. Para algunos músicos leoneses, el sonido fue lo único que falló, pues la ecualización no hizo justicia al nivel de estos artistas.
Euforia total por el rock
Tras el teloneo, las luces se encendieron y el ir y venir del crew comenzó en el escenario. Cuando todo estaba listo, apareció Eddie Trunk quien pronóstico un torbellino de hard rock, de esos llenos de carácter y de improvisaciones musicales.
A los fans no les importó pagar 500, 2 mil o hasta ¡5 mil pesos! por un meet and greet para sentir el pasado, o algo parecido al ambiente de las tocadas de Deep Purple en la década de los setenta.
Fans como Jonathan Pierre mostraron en redes sociales los recuerdos de ese encuentro en backstage: fotos, guitarras firmadas y una pequeña charla.
En escena, Ian Gillan (voz), Roger Glover (bajo), Steve Morse (guitarra) y Don Airey (teclados) aparecieron y como deja vú se recordó aquella presentación de mayo de 2015 en Poliforum.
“Highway Star” mostró el talento de Morse en la guitarra, el bagage de Don Airey y Glover, fue imposible no emular el sonido de Led Zeppelin y hasta cierto toque psicodélico de The Beatles.
Los fans de la vieja guardia lucharon por permanecerse en pie, pero todo valió la pena cuando “Pictures of Home” llegó a sus oídos.
“Yo tengo un disco que me regalaron de Deep Purple hace como 20 años, quise traerlo sólo para recordar la fecha, pero mejor me quedo y escucho estas canciones”, dijo Jorge García Hernández, de la Academia Fa Re Do.
“Demon’s Eye”, mostró el virtuosismo de Don Airey, quien cedió la batuta a sus compañeros en “Screaming”, “Uncommon Man” y “Lazy”. La gente sólo se dedicó a alabarlos con el headbanging y saltar con el “The Surprising”, y tararear “Time for Bedlam” y “Birds of Prey”, salidas del horno de Infinite.
Ian agradeció al público mexicano todos esos momentos que han sido gloria para la banda, y de apoyarlo incluso en sus momentos en solitario.
Los gritos comenzaron con “Perfect Strangers” y “Space Truckin’”para después provocar las transmisiones en vivo con “Smoke on the water”.
Una salida falsa que no duró mucho para mostrar “Hush” y “Black Night” recientemente masterizadas.
Al término, la banda salió enseguida, con rumbo a Guadalajara en dos camionetas negras escoltadas con otras de vidrios polarizados.
Para quienes asistieron esa noche pueden respirar tranquilos, pues fueron parte de la historia de una de las bandas más grandes del rock de los setentas.
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Le dejo mensajes pero ya no me contesta nadie.- Napoleón, uno de los más cercanos amigos de José José