León, Guanajuato.- Con su nuevo álbum “Chromatica”, Lady Gaga vuelve a la pista de baile, después de incursionar en géneros más serios como el folk (“Joanne”), el jazz (“Cheek to Cheek”) y el country rock (“A Star Is Born”) en los últimos seis años. 

Pero no regresa totalmente al mundo del electropop, electroclash, synth pop y R&B de los inicios de su carrera, sino que esta vez se introduce en el ligero y deslumbrante universo del techno house de los años 90, sin alejarse del pop más melódico.

El estilo de su nuevo disco es homogéneo, pues se mantiene en el house electrónico, a pesar de los giros que toma hacia la música disco (“Replay”), el góspel (“Babylon”) y el trance (“Sine From Above”).

La fórmula de las canciones es casi la misma: frases largas y lentas al comienzo, para después continuar con subidones house y estribillos vocales e instrumentales pegadizos.

Mientras que este año Dua Lipa reinventa el funk y la música disco, Lady Gaga hace suyo el house de finales del siglo XX, pero con un enfoque más retro y menos actual. 

Estas referencias del pop están presentes tanto en la música como en el estilo de canto; por ejemplo, las canciones “Enigma” y “1000 Doves” recuerdan mucho a Cher en “Believer”

La intérprete de “Bad Romance” también evoca a Madonna de finales de los años 80 y principios de los 90. En “Babylon”, el contagioso estribillo, acompañado por un teclado y un saxofón, alude a “Vogue”, y el cierre cantado por un coro hace un guiño a “Like a Prayer”. 

Pero el sello personal de Lady Gaga se encuentra en todos los temas, sobre todo en “911”, “Alice” y “Sour Candy”, en las que luce sus inconfundibles “spoken words” y ritmo trepidante. 

Además, este nuevo trabajo es el más dinámico y uniforme de toda su discografía, al mantener tempos rápidos durante todo el disco. Sólo los tiempos se vuelven un poco más lentos en “Free Woman” y “Fun Tonight”, lo que ayuda a dar variedad al álbum. 

“Chromatica” contiene 13 canciones y está dividido en tres actos con un intro y dos interludios orquestales, los cuales otorgan un ambiente épico y cinematográfico a la música. Pero aun con estas breves secciones sinfónicas, el baile no se detiene y no deja lugar para una balada. 

El segundo acto contiene los temas más próximos al estilo oscuro y sintético de la primera época de Lady Gaga, entre los que destacan “911”, de gran fuerza rítmica”, y “Sour Candy”, que bien pudo haber salido de “Artpop”. 

Aunque el espíritu de “Chromatica” es alegre, el tercer acto es el más luminoso y positivo; en las tres últimas canciones, la intérprete de “Poker Face” hace una clara invitación a bailar y a celebrar la vida tras haber superado sus problemas personales (tema principal del álbum). 

Y a pesar de la uniformidad de estilo y carácter, que hace que por momentos el disco caiga en la monotonía, su corta duración (43 minutos) ayuda a que la experiencia sea entretenida y agradable. 

Aparte de las fantásticas colaboraciones de la joven estrella del R&B Ariana Grande (“Rain On Me”, el grupo femenino surcoreano Blackpink “Sour Candy” y el legendario Elton John (“Sine From Above”), “Chromatica” cuenta con deslumbrantes canciones pop, que sirven de escape en estos tiempos de crisis mundial.

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