Colombia.- En una entrevista concedida a El País, para, entre otras cosas, hablar del estreno del “Niño de Medellín” su documental, J Balvin habló sobre las dificultades que trajo la pandemia y cómo el reggaeton ha servido de refugio para muchos.

 Uno de los principales consejos que le dio su psicólogo para batallar contra la ansiedad fue que separarse de su identidad en dos, el hombre y la estrella, para que uno no saboteara al otro. No está del todo claro cuál atiende a Icon desde Nueva York, recostado en un sofá y con gafas de sol, a través de Zoom. Quizá no sea ninguno de los dos.

Yo lo que quiero es ser una leyenda”.

Con esta declaración de intenciones consiguió, en 2015, que el presidente de su discográfica, Universal Music Latino, le prestara atención al proyecto J Balvin. Desde entonces, este reguetonero está cumpliendo su misión: en 2017, “Mi gente” se convirtió en la primera canción en castellano en alcanzar el número 1 mundial en escuchas.

Terminó 2019 como el cantante más visto en YouTube gracias a “Con altura”, su dueto con Rosalía, y en 2020, fue el tercer artista más escuchado del planeta en Spotify, solo por detrás de Bad Bunny y Drake. En “El niño de Medellín”, el documental que acaba de estrenar Amazon Prime Video, Balvin explica que su sueño siempre fue “ser alguien”.

Vino a servir 

Para el colombiano, su misión es la música, una que ha servido como bálsamo para muchos, sobre todo en tiempos de lucha individual, y de COVID-19.

Siento que es un deber, yo vine al mundo a servir. Es lindo también cuando alguien se te acerca y te dice: “Gracias por hablar de esto, salvaste mi vida, creía que estaba solo y que estaba loco pero ahora estoy medicado y comprendo que tengo un problema de salud mental y ya está controlado”. Música pregada, entre comillas, puede tener cualquiera. Pero que el poder de que te escuchen es otra cosa.

 

 

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