México.- Laura Bozzo se enfrenta un difícil lío legal, luego de vender un inmueble que estaba embargado por el SAT, tras el cual se le giró una orden de aprehensión, y ha sido tan fuerte la angustia que aseguran que sufre depresión, paranoia, ansiedad y que ya no tiene ganas de vivir.
La conductora peruana de 69 años está acusada de fraude y fue vinculada a proceso con prisión preventiva, sin embargo, después consiguió la suspensión de la orden de aprehensión argumentando ser una adulta mayor con problemas de salud, pero debía cumplir con varios requisitos, que al no hacerlo, volvió a reactivarse.
Fue una amiga de la conductora quien habló para la revista TvNotas, sobre la “pesadilla” que está viviendo Laura y reveló que ya no tiene ganas de vivir, pues sufre depresión entre otras cosas.
Ella no es ratera, pero sí toma malísimas decisiones y ahorita está sufriendo las consecuencias”, explicó la fuente.
Detalló que es muy gastalona, y que ha dejado todo en manos de sus contadores, quienes, dijo, le han visto la cara.
Ella tenía un fuerte adeudo con Hacienda de 13 millones de pesos y aunque planeaba pagarla con esa propiedad, en un principio no se la aceptaron; sin embargo, después las autoridades decidieron tomársela a cuenta y el SAT la embargó. En ese inter, Laura lo vendió, pero dice que no sabía del embargo”, contó.
Explicó que se reactivó la orden de aprehensión debido a que Laura no cumplió con lo requerido, pues no acudió a la audiencia pactada el 30 de agosto pasado a entregar su pasaporte.
Le aterra la idea y ha dicho que no soportaría estar en la cárcel, pues aunque ella estuvo en arresto domiciliario de 2002 a 2005, lo pasó en los estudios de televisión de Telemundo, donde contaba con todos los lujos, pero ahora la situación sería muy distinta porque estaría en un reclusorio”.

Señala que Televisa le dio la espalda
La misma fuente contó que cuando las cosas se pusieron más difíciles, Laura pidió ayuda a Televisa, sin embargo, no le respondieron como ella esperaba.
Habló con algunos ejecutivos para pedirles ayuda, pero jamás se imaginó que le dieran la espalda; le dijeron que no podían meterse en esos asuntos, que ella tendría que resolver sola ese problema”, publica la revista.
Todo este proceso ha hecho que Bozzo tenga problemas emocionales “se encuentra en absoluta depresión, esto le ha despertado una gran paranoia y sobre todo le han vuelto los ataques de ansiedad que ha padecido durante su vida”.
Agregó que se la pasa llorando, que no come, ni duerme y está medicada contra la ansiedad, pero lo más grave es que incluso ha revelado que ya no tiene ganas de vivir.