León, Guanajuato.– Una tercia de solitarios mariachis descansaban con rostros de resignación en una mesa en la Carpa de las Tradiciones, eran las 10:40 de la noche, mientras las bocinas y el coro repetían al unísono desde la Velaria: “chingo yo, chinga tú, chinga tu madr*”. Molotov regresó a León, y ahora sí tocó.

En una de las gradas de la Velaria una niña de unos 6 años con diadema de unicornio brincaba a ritmo de “Amateur” custodiada por sus papás que no quitan la vista del escenario donde tocaban Tito, Micky, Randy y Paco.

El regreso de Molotov a León no atrajo a una muchedumbre, fueron unas 8 mil personas que entraron a la Velaria de la Feria para verlos, puede ser porque ya no son una banda de grandes masas o por aquella fama que rayaba en carrilla sobre su cancelación de conciertos.

Unas 8 mil personas asistieron la noche de este martes al concierto de Molotov en la Velaria. Foto: Omar Ramírez

Pero esos miles que entraron fueron suficientes para hacer bastante ruido sobre todo en canciones como “Chinga tu madre”, “Hit me” o “Frijolero”, esta última con un especial sabor para uno de los estados con más migrantes del país.

Cuando llegó el turbo de “Gimme Tha Power” los gritos se encendieron de nuevo, los papás de aquella niña de la diadema de unicornio empezaron a mover cabeza y pies para marcar el ritmo además de cantar la canción, el padre volteaba a ver a la pequeña emocionado, ella también marca el ritmo.

Cuando llegó el coro “Viva México cabrones”, ambos padres repitieron el coro y lo cantaron con la pequeña, hasta la molocha logró esa unión familiar tan presumida en la Feria de Verano.

El cuarteto chilango no requirió más que de sus instrumentos en un escenario sin adornos ni parafernalia de colores para enloquecer a su fanaticada, incluso su vestimenta fue toda en negro, solo las luces del escenario acompañaron el ritmo de su repertorio.

Tito, Micky, Randy y Paco pusieron a rockear a la gente con sus éxitos. Foto: Omar Ramírez

Desde sus clásicos de su álbum debut “¿Dónde jugarán las niñas?” y “Mátate teté”, pasando por otras rolas más recientes como “Noko”, “Blame me” o “Here We Cum”.

También soltaron “Me convierto en marciano”, y dos veces, primero en su versión publicada en “Con todo respeto” y otra más apegada a la original de “Los Misfits”.

La carrilla de parte de los molochos no faltó “Por ahí vimos a unos con Playera de los Caifanes, por favor pasa a nuestro merch y te van a regalar una playera, pero no regreses hasta que te la cambies”.

Para ese rato la niña de la diadema de unicornio y sus papás ya se habían ido y entre los asistentes y se había armado el slam, con sus respectivas precauciones, pues la fanaticada de la molocha ya no son tan chavos.

El cierre era casi obligado con su canción más conocida y la que ahora es más polémica “Put*”, que siguen tocando firmes a su discurso políticamente incorrecto.

Afuera los tres mariachis siguieron esperando a que acabara ese ruido, “Gracias León, chida la banda”. La Molocha regresó y desquitó.

 

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