León, Guanajuato.- Tras cinco años de ausencia La Dama de Negro regresó al renovado Teatro Manuel Doblado para provocar los gritos de más de mil 400 leoneses que gozaron de la terrorífica experiencia en dos funciones. 

El equipo de La Dama de Negro celebró 28 años de trayectoria y 7 mil 502 funciones. 

En esta ocasión, el director de la obra, Rafael Perrín fue el encargado de darle vida a Arthur Kipps y Ernesto D”Alessio de ser John Morris, un escéptico director de escena. 

Ernesto D’Alessio fue John Morris. Foto: Cortesía.

A minutos de arrancar el espectáculo, el equipo de producción hizo un llamado a no encender celulares, a vivir la experiencia bajo su propio riesgo. 

Era la primera vez de muchos leoneses en el renovado Teatro, que tras años de mantenerse cerrado, abrazó a los asistentes con un nuevo equipo de aire acondicionado, baños, y una atmósfera con luces led. 

El Teatro Manuel Doblado tuvo una buena entrada. Foto: Cortesía.

Sobre la obra, se centra en la historia de Arthur Kipp, quien ha vivido aterrado a partir de una experiencia que enfrentó en su juventud. Los terribles eventos que le han sucedido deben ser contados ante un público conformado por familiares y amigos, por lo que decide escribir su historia y buscar la ayuda de John Morris, un escéptico director de escena para que lo oriente a interpretar adecuadamente su texto. Para esto se citan en un viejo teatro.

Durante el primer acto, que más bien es de carácter expositivo, el público conoce los pormenores preliminares de la historia y siente la atmósfera inglesa de principios del siglo XX.

Rafael Perrín y Ernesto D’Alessio agradecieron al público de León. Foto: Cortesía.

En el segundo acto, la historia va provocó risas nerviosas que culminan en gritos de terror y pavor al final de la historia. Logrando que cada persona se paralice de miedo en su butaca ante todos los fenómenos inexplicables que está presenciando.

A fin de cuentas la idea es que el espectador descubra que la leyenda de “La Dama de Negro” va más allá de una ficción teatral.

La gente entra a escena, cuando la Dama deambula entre las butacas, las que ya están llenas de la atmósfera provocada por los efectos especiales: sonidos de carretas, gritos de una mujer superada por el dolor, las risas de niños, campanas de una iglesia londinense.

Ernesto D’Alessio como John Morris. Foto: Especial.

Los asistentes aprovechan para hacer pequeñas bromas con sus acompañantes, como jalarles el cabello, tocarles el hombro o jalarles su ropa. 

En cada temporada, los actores le imprimen su sello, como es el caso de entrar a tema a actores como Will Smith y su famosa cachetada en los Oscar. 

Al final del cúmulo de emociones, Rafael Perrín y Ernesto D”Alessio agradecieron la asistencia, celebraron poder volver a León, y prometieron volver&bajo su propio riesgo. 

La carreta. Foto: Especial.

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