León, Guanajuato.- Los consejos y tips de seducción fueron el eje central de “Por qué los hombres aman a las cabronas” puesta en escena basada en el libro de Sherry Argov y protagonizada por Cecilia Galiano, Consuelo Duval y Marcus Ornellas que se presentó en dos funciones en el Teatro Manuel Doblado.
A las 6:30 de la tarde comenzó la primera función a la que asistieron más de 700 personas.
Cecilia Galiano, en el papel de Bárbara, fue la amiga del consejo, la que le recomienda no ser una ‘mujer tapete’; Consuelo Duval, como Dulce, fue la chica sin dignidad y urgida de amor, mientras que Marcus Ornellas actúa como el novio aprovechado, quien no se da cuenta del valor de su pareja.
En la primera escena, las amigas hablan de las técnicas de seducción y cómo dejar a los hombres ser hombres.
Yo lo que sé es que hay que atender a los hombres en todo momento y sin horarios (se ganó el aplauso de los hombres)”, dijo Consuelo.
“Por qué los hombres aman a las cabronas” lleva la sátira a otro nivel. No solo es cómico, si no muy real. Está lleno de “rebanadas de humor de la vida diaria que cubren todo lo que frustran a las mujeres sobre los hombres”.
Sherry Argov demuestra en esta obra el camino para perder el miedo, ser independiente, segura de sí, de una forma divertida alcanzar lo que deseas: no más sufrimiento, ni cocinarle para conquistarlo, ni quejarte, ni sacrificar tu propia vida para que el hombre caiga a sus pies.
Durante la tercera escena, Bárbara ‘coucheó’ a Dulce, sacando su cabrona interior.
Ah, ya entendí. De lo que se trata es de ser una mula sin dejar de sonreír”.
Jorge (Marcus Ornellas) entró en escena y le lanzaron todo tipo de piropos: “¡Papucho!”, “fiu, fiu”, para mostrar su atlético cuerpo.
No sabía que lo esperaba una dama empoderada.
El público se involucró con porras, aplausos y la aprobación, tras seguir las recomendaciones del libro.
La obra siguió su curso hasta las 7:30, tiempo en el que el público de la siguiente función, esperaba poder entrar para recibir su respectiva cátedra de amor propio y dignidad.
LCCR