León, Guanajuato.- La noche del jueves el Teatro Manuel Doblado se convirtió en un misterioso manicomio de 1914, donde el prestigioso psiquiatra inglés “Emile Tuck” se adentra para buscar la cura contra la esquizofrenia.
El único actor sobre el escenario, Rafael Perrín, dio cátedra de talento pues apoyado con efectos de sonido, luces y varios elementos de producción, puso a mil 200 personas “al filo de la butaca”.
Durante hora y media los asistentes vieron cómo el doctor “Tuck” navega entra la imaginación y la realidad, al punto en que no se sabe si lo vivido es real o es producto de esa terrible enfermedad mental.
Diálogos crudos que provocaron reflexión en los asistentes, explicación sobre los efectos físicos y psicológicos de la esquizofrenia, y momentos de sobresalto, marcaron el tono de la obra.
Cabe mencionar que para darle más realismo a su actuación, Perrín entró a un hospital psiquiátrico a fin de contar de manera más puntual la experiencia.
El director, quien también es responsable del misticismo de La Dama de Negro prometió regresar con esta puesta en otoño.