México.- El cuerpo de Ignacio López Tarso fue recibido este domingo entre aplausos en el Palacio de Bellas Artes por seguidores que se encontraban en el lugar para despedirlo, tras su lamentable muerte este 11 de marzo.
Su famoso hijo Juan Ignacio Aranda recibió el ataúd de su padre, junto con la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, en medio de una porra que gritaba: “Macario, Macario, ra ra ra”.
Al centro del emblemático recinto de la Ciudad de México, sus familiares, amigos y colegas del medio artístico, rodearon con tristeza el féretro con sus restos, pero también con orgullo, amor y los más grandes recuerdos de “Macario”.
“Buenas noches a todos, sobre todo al cariño, al gran maestro Ignacio López Tarso. Gracias (a su familia por aceptar este homenaje. Hoy despedimos a un gigante. Nos hizo creer que era inmortal este mismo recinto no había sido inaugurado cuando vio la luz por primera vez”, dio las primeras palabras Alejandra Fraustro.
César Costa, Sergio Corona, Norma Lazareno, Ana Martin, Tina French, Norma Herrera y Leticia Calderón, fueron algunos de los famosos que dedicaron unas palabras no sólo al gran intérprete de cine, teatro y televisión que fue López Tarso, sino al gran ser humano que hallaron en él.
El teatro fue su gran alimento, era una “necesidad”, así se expresaba el fallecido actor sobre su pasión por este escenario donde presentó más de 100 obras, una de ellas “Pareja inolvidable” en la que actuó al lado de Sergio Corona.
“Tuve la oportunidad de participar con él en dos obras de teatro, dos tres programas de televisión, dos capítulos de ‘Como dice el dicho’, siempre fue una relación amorosa de amigos”, comenzó Corona.
“Son muchas cosas las que yo tengo que agradecer de haber conocido y seguir conociendo a mi amigo, a mi maestro, a mi compañero, a mi guía, a tantas cosas que disfrutamos, que le agradezco” agregó.
Leticia Calderón recordó cuando trabajaron juntos en la telenovela “Esmeralda”, ella con ese personaje y López Tarso como Melesio, y aseguró sentirse muy honrada de que esa amistad de ficción, haya traspasado la pantalla.
“A don Ignacio López Tarso te agradezco muchísimo esas largas pláticas donde me permitiste entrar en tu vida profesional y en tu vida familiar. A mi Melesio gracias por ser mi amigo… ¿Quién me va a traer mis fresas ahora? Te quiero mucho y siempre seré tu reinita”, se despidió la actriz al borde del llanto.
Enseguida fue el turno de César Costa, quien habló de la extraordinaria personalidad de López Tarso y el consejo que le brindó para ejercitar la memoria.
“Aunque nos habíamos cruzado en múltiples giras, yo cantando y él actuando, o diciendo sus corridos, tuve la oportunidad de conocerlo de cerca durante los cuatro años que convivimos intensamente en la Asociación Nacional de Actores… Ahí conocí a un hombre extraordinario, divertido, con gran sentido del humor, con gran profundidad, con un sentido de la vida maravilloso, con un sentido por la comida como un rito ceremonial, con una disciplina férrea, una memoria extraordinaria de la cual trató de practicar lo que me enseñó que era aprenderse un pequeño fragmento de algún poema cada noche”, destacó.
Ignacio López Tarso vivió mucho y bien
Los nietos de López Tarso, Mariana López y Antonio Sánchez recordaron a su abuelito con emotivas palabras que dejan ver que para él, la familia era un pilar muy importante en su vida, la que vivió mucho y bien.
“Mi abuelo jamás hablaba de la muerte, no era que le tuviera miedo, es que le gustaba demasiado vivir y vivió mucho y bien. Dos irreductibles mandatos ilustran mejor que nada cualquier definición del significado de la vida para mi abuelo. El primero, no podía pasar un domingo sin que religiosamente aunque nunca fue una persona de Dios, convocara con carácter obligatorio a su casa a toda la familia… Y más que una exigencia hacia nosotros, esa fue su diligente y amorosa manera de mostrar una presencia incondicional hacia nosotros, frente a otra fuerza que por momentos lo obligaba a estar lejos, su trabajo”, recordó su nieta.
Después tomó la palabra su nieto Antonio Sánchez para agradecer que su abuelo haya tomado el rol de su padre, y la gran influencia que dejó en él para siempre.
“Mi abuelo fue como un padre para mí. Mi padre biológico estuvo ausente desde que tenía un año así que él era la figura varonil que yo admiraba, veneraba y respetaba. Su amor e influencia en mí se quedará conmigo para toda la vida. Gracias abuelo por el legado que nos dejaste como artista y ser humano. Siempre vivirás en todos nosotros. Fue un privilegio quedarme a tu lado hasta tu último aliento”.
La melodía nostálgica de violines, el ritmo folclórico de los mariachis y los aplausos de los presentes, musicalizaron la despedida a Ignacio López Tarso, quien perdió la batalla contra una neumonía este 11 de marzo, a los 98 años de edad.
Seguidores del protagonista de películas emblemáticas de Época de Oro del cine mexicano, entre las que destacan “Macario”, “Los Hermanos del Hierro”, “La Rosa blanca”, “El hombre de papel”, “El gallo de oro” y “La vida inútil de Pito Pérez”, entraron a Bellas Artes a rendirle honores, algunos se detuvieron a tomar fotos, otros a dejarle flores y unos más a dedicarle una señal de la santa cruz.
El cuerpo de López Tarso tendrá otro homenaje este lunes 13 de marzo al interior del Teatro San Jerónimo, y unas horas más tarde, será cremado como fue su última voluntad.