México.- Hace unas semanas, la periodista Lydia Cacho destapó que el músico Alejandro Marcovich intentó matar a su esposa Gabriela Martínez y agredió física y psicológicamente a sus hijos: Béla Marcovich y Diego Marcovich.
La reconocida periodista mexicana, experta en temas de violencia de género e intrafamiliar, publicó en una columna la violencia que el exguitarrista de la banda de rock Caifanes cometió hacia su familia.
Días después, Béla Marcovich abrió una cuenta de Twitter para dar continuidad a su caso de violencia, ejercida por su propio padre, quien en el mundo del rock, es considerado uno de los mejores guitarristas mexicanos.
Después el programa “Ventaneando” la buscó para una entrevista, a la cual accedió la joven, para dar detalles del sufrimiento que vivió su mamá Gabriela, su hermano Diego y ella durante varios años a manos de su propio padre, quien tiene una orden de restricción para no acercarse a ellos, tras interponer una demanda en su contra desde el año 2014.
Las agresiones de Diego Marcovich
Béla reveló que desde que ella y su hermano Diego eran niños, Alejandro Marcovich nunca estaba en casa y cuando estaba, sufrían violencia, al igual que su mamá.
La hija del músico argentino confesó que durante varios años fueron víctimas de violencia psicológica y física; comenzó con su madre y luego con ella.
“Empezó a empujarla. De empujones pasó a te empujo y te jalo, y ahí que la intentó ahorcar”, explicó la joven.
Belá señaló que su mamá decidió ponerle “límites” y fue a partir de ese momento el músico “agarró odio” contra ella también. La joven dijo que cuando estaban a solas el exguitarrista de Caifanes la lastimaba.
“Hubo un momento en el que estábamos él y yo solos, y como no estaba esa persona con la que se desquitaba (su mamá), me tocó a mí. Cuando mi mamá empezó a poner límites, agarró odio”, explicó Béla.
La joven recordó que por cuestiones legales tuvieron que volver a vivir todos juntos y fue ahí cuando Alejandro volvió a atacar a su exesposa, ya que intentó estrangularla, por lo que ella prefirió irse a vivir a Francia.
“Yo, una vez adulta, le dije que eso no quería vivirlo y fue cuando le dije que me iba. Empezó a exigirme: ‘te vas’. Tomó un palo de escoba y me empezó a pegar. Para mí eso fue inaceptable”.
CYPS