México.- Tras más de tres años de ausencia, Alfredo Olivas mejor conocido como ‘El Patrón’ llegó al Palenque para mostrar su poderío en la música regional mexicana como parte de su gira “Alfa y Omega” que abarrotó dos noches del recinto ferial.
Casi 7 mil personas se dieron cita desde las 9 de la noche enfundadas en sus grandes galas gruperas: sombrero, tejanas, escotes, shorts, botas multicolores, además de corazones rotos, despechados, que fueron la sensación esa noche.
Previo a su salida al escenario, dos bandas amenizaron la estadía de los fans de Alfredo que llegaron desde Michoacán, municipios de Guanajuato, Jalisco y demás ciudades cercanas a León.
“Los Wercos” quien hace un par de meses, fueron los teloneros de Grupo Bronco, dieron más de una hora de show, para dar paso al equipo de Alfredo quien mostró una producción apabullante, entre pantallas leds y otros detallitos que mostraron que Alfredo le invierte en su espectáculo.
El reloj mostraba las 12:37 cuando Federico Olivas, el virtuoso músico que maneja la armónica, hizo el intro de “Ni con los labios prestados”, la canción que llevó a todos a sacar su celular, pararse de su asiento y darle la entrada triunfal al músico tapatío de apenas 28 años de edad.
Aprovechando que el folclore mexicano y este estilo de música está de moda, Alfredo cantó el éxito de Tik TOk “Yo todo lo doy”, que es usada para mostrar cómo una persona se recupera tras la traición.
Esa canción provocó que más de uno se decidiera a tomar un trago de Buchanans, levantarse del asiento, marcar por teléfono y decirle al ex que tras su partido, se gana más.
Debido al éxito de Alfredo, los elementos de seguridad privada colocaron 8 vallas alrededor del redondel, para así evitar el paso de fans que quisieran brindar con él.
¡Agradecerles por su amable presencia! A la gente de allá arriba, se ve bien bonito este palenque. Muchas gracias León, Guanajuato, a todo el bajío. Si hay alguien de Aguascalientes, de Michoacán, de Jalisco. ¡Sean bienvenidos todos!”, saludó Alfredo.
Siguió con “Seguramente”, para después ver el desfile de cajas de tequila Centenario, las pancartas que rogaban por su atención ante el intempestivo movimiento de manos. Para ese tiempo, dedicó “El Sillón”, interpretación que llevó a muchos a brindar en su honor, y a él, acercarse a una mesita que estaba en el escenario para calentar garganta con lo que parecía whisky.
“El Problema”, sin duda la más cantada por quienes tienen mala fama con sus exparejas; el cantante se dedicó a leer las pancartas de esa noche.
“Dice la muchacha que quiere que la toque como toco mi acordeón, no sabe lo que está diciendo”.
Después, llegó “El vals del olvido”, y el correspondiente brindis.
Oigan León, estaba siendo muy irrespetuoso, vamos a brindar con lo que sea que tomen: refresco, tequila, whisky, vodka…”.
¡Alfredo! ¡Alfredo! ¡Alfredo!, ¡Alfredo! fue el grito al unísono de todas las personas.
Alfredo tomó de nuevo uno de sus cuatro acordeones, pues tenía de toda variedad: diatónicos, cromático, cada uno utilizado para modalidades distintas dependiendo de la canción.
“Cuando valgas la pena”, sin duda de la más cantada y con la que el músico mostró su talento en escenario.
Con más de 30 costosas pantallas de led que encendían y apagaban con las melodías, el espectáculo estuvo a la altura del público.
“El Precio de la Soledad” una de sus canciones más populares no podía faltar en el repertorio, más de 146 millones de reproducciones en Spotify lo respaldan.
“El Paciente” fue otra, además de éxitos que dedicó a su público y con el que los llevó a otro mundo catártico entre las frías estructuras del palenque.
Después de horas de un viaje por ese universo, llegó la hora para que el compositor diera por terminada su primera de dos fechas.
Así fue que al sonido de la banda, con su acordeón y su cara de niño a los 28 años de edad, que el artista dejó más que satisfecho a sus seguidores y los invitó a vivir una experiencia similar en un futuro.