León, Guanajuato.- De poco le sirvió  a Eduardo Morquecho y a 10 miembros de su familia haberse formado desde la seis de la mañana para asegurar la pulsera de acceso al concierto de Marco Antonio SolísEl Buki“, porque pasadas las 10 de la mañana las filas del público local se deshicieron y ahorita la entrada es una apuesta.

Se hizo la bola, todo mundo gritando, se hizo un relajo, es lo único que le puedo comunicar”, lo dice Eduardo formado en una nueva fila improvisada, esperando tener su pulsera.

Eduardo Morquecho. Foto: Martha Silva

A las 11:45 de la mañana quedaban 4 mil 500 pulseras de acceso gratuito para esta noche al Foro Mazda, aunque la demanda era visiblemente superior.

Porque aunque desde anoche hubo cierto orden en las filas serpenteantes, con miles de personas que esperaban pacientes en el tramo de bulevar Paseo del Niño, entre bulevar Vasco de Quiroga y calle Tota Carbajal, conforme avanzó la entrega, se volvió la ley del más fuerte.

La fila para las pulseras de El Buki. Foto: Martha Silva 

De acuerdo a Montserrat García, quien llegó  a las 5 de la mañana, cerca de las 9 llegaron muchas familias con niños.

Se hizo una estampida, porque la  gente  (que llegaba) no respetó, gente que se cayó, niños inclusive, la vigilancia fue muy poca”, lamentó.

Afortunadamente ella y su amiga Mayra Sánchez sí consiguieron su pulsera.

Montserrat y su amiga Vanesa. Foto: Martha Silva
La deseada pulsera para ver a El Buki. Foto: Martha Silva

A pesar de ser el tercer concierto masivo de la Feria de León, el personal que cuidaba el orden se vio rebasado.

No valieron los gritos de “No dejen meter colados” y “A la fila, a la fila”, no hubo respeto y cada quien se acomodó donde pudo. 

Incluso, la misma gente buscaba organizarse, exhortando a no dejar meter personas y levantando las rejas que se cayeron durante el incidente.

No faltó quien preguntaba, confundido, si era la fila para la Banda MS, sin estar enterado que esta agrupación se presentará en el Palenque, donde la entrada sí tiene costo.

Por un momento las filas se rompieron. Foto: Martha Silva

La entrega de pulseras se suspendió por unos minutos, en lo que personal de la Feria, con policías auxiliares, ponían algo de orden, creando una nueva fila justo en la entrada, donde ya no se supo quien esperó horas y quién acababa de llegar.

Por lo pronto, a las 11:30 se prohibió el acceso a la zona desde la calle Tota Carbajal.

Aunque para las 12:15 parecía haber cierta fluidez en las filas, las rechiflas ocasionales no cesaban, para impedir el acceso de los oportunistas.

CYPS

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