México.- A once meses de que a Liliana Arriaga, ‘La Chupitos’, le fuera diagnosticado el síndrome de Sjögren o síndrome ‘seco”, la comediante compartió que se quedó sin cabello debido a las quimioterapias a las que se tuvo que someter y explica el por qué.
¿En qué consiste el síndrome de Sjögren? Se caracteriza por la pérdida de las glándulas lagrimales y salivales, por lo que “La Chupitos” tuvo que utilizar medicamentos para producirlas de manera artificial.
La comediante le contó a TvNotas que hace dos semanas concluyó su tratamiento de quimioterapias.
Tengo el síndrome de Sjögren o síndrome ‘seco’. Este afecta las glándulas salivales. Tiene que ver con producir líquidos en mi cuerpo, saliva y mucosidad. Hace dos semanas me retiraron el medicamento más fuerte, las quimioterapias orales”, explicó a TvNotas Liliana Arriaga ‘La Chupitos’.
La famosa contó que debido a que su enfermedad es autoinmune, se sometió a quimioterapias porque sus células la estaban atacando y “con este medicamento querían evitar que las células malas siguieran proliferando”.
Me hicieron una biopsia por dentro del labio inferior. Esta definió cuánta saliva generaba y no producía nada. Así dieron con mi padecimiento. Tras varios estudios detectaron que las células malas me atacaban”, explicó La Chupitos para la revista de circulación nacional.
La Chupitos explica que no puede llorar ni producir saliva
Debíamos atacar esas células y las quimios fueron de manera preventiva. Estas eran fuertes. Sentía mareo, mucho sueño y decaimiento. Tomaba todos los lunes 4 pastillas”.
“Con esta enfermedad también te puede dar lupus y atrofiar parte de las articulaciones. Este mal no es tan conocido. No sabía de su existencia. Siempre he sido una mujer sana”.
Padezco caída de cabello por las quimios, pero lo contrarresto con ácido fólico y con otro medicamento. Ahora mi personaje utiliza peluca. Antes usaba mi cabello natural”.
Agrega que aunque aún no le salen lágrimas, se mantiene positiva y confía en Dios.
Todavía no me salen lágrimas. Diosito no quiere que llore. La saliva ahí va. Al inicio tuve problemas con los dientes, caries y cambios de color. Hoy estoy bien. Mi recuperación es por mi forma positiva de ver y procesar las cosas. Soy más positiva que una prueba de embarazo”.
Escucho música de ángeles. Decreto a Dios y al universo y me enfoco en dar gracias. Cuando recibí la noticia de mi enfermedad, me desmoroné. Me deprimí. Y, aunque quería llorar, no podía (ríe). Aún no produzco lágrimas”.
Señala que su enfermedad no tiene cura y tiene que ir a revisión cada seis meses, y con el apoyo y cariño de su familia, ha salido adelante. Agrega que su trabajo en el teatro ha sido su terapia.