La normativa es presentada en momentos en que Biden enfrenta intensas críticas de los republicanos que intentan convertir a la inmigración en un tema relevante en las próximas elecciones

Washington.- Mientras el gobierno de Estados Unidos se prepara para poner fin a las disposiciones relacionadas con la pandemia de coronavirus que han restringido considerablemente la capacidad de los solicitantes de asilo para ingresar en Estados Unidos, ha propuesto una normativa que podría alterar drásticamente la cuestión de quién puede pedir asilo en la frontera sur.

La normativa es presentada en momentos en que Biden enfrenta intensas críticas de los republicanos que intentan convertir a la inmigración en un tema relevante en las próximas elecciones. Algunas de las posturas del mandatario respecto a la inmigración, incluida la normativa propuesta, han suscitado las críticas de los defensores de la inmigración e incluso de aliados demócratas.

A continuación, un vistazo a la normativa:

¿EN QUÉ CONSISTE LA NUEVA NORMATIVA Y QUE DIFERENCIA HAY CON LO HECHO POR TRUMP?

La normativa fue anunciada el martes y estaba por publicarse formalmente el jueves. En general denegará el asilo a los migrantes que se presenten en la frontera sur que no hayan buscado primero la protección en un país por el que hayan transitado. La normativa prevé en general que la gente emplee lo que el gobierno describe como “vías legales, seguras y ordenadas” —como solicitar una cita para tramitar el asilo mediante una app o programa de permiso condicional humanitario para países específicos— para entrar en Estados Unidos. Los niños están exentos de la medida.

Los detractores aseguran que la normativa reproduce básicamente algunas de las peores políticas del expresidente Donald Trump, quien buscó numerosas alternativas para restringir la inmigración. Melissa Crow, abogada del Centro para Estudios de Género y Refugio, describió la propuesta como un “revoltijo” de dos cosas que Trump ya había intentado: prohibir a las personas ingresar al país entre puertos de acceso y evitar que los migrantes accedan al asilo si llegan por otro país antes de ingresar en Estados Unidos y no solicitan primero la protección ahí.

Crow informó que la diferencia más grande entre la propuesta de Biden y la disposición sobre el tránsito de Trump fue que, durante el gobierno anterior, las personas eran excluidas automáticamente del acceso al asilo. De acuerdo con la propuesta de Biden, ahora se trata de una “presunción refutable de inelegibilidad para el asilo” y se permiten algunas excepciones. Sin embargo, Crow describió las excepciones como “estrechas” y dijo que en última instancia la ley estadounidense permite a las personas solicitar asilo en la frontera.

¿QUÉ DICE EL GOBIERNO DE EEUU?

El gobierno describió la normativa básicamente como una herramienta necesaria para cuando terminen las restricciones implementadas durante la pandemia para limitar la propagación del COVID-19, conocidas como Título 42.

El gobierno asegura que una vez que expire el Título 42, el número de encuentros entre funcionarios fronterizos y migrantes que intenten ingresar en Estados Unidos por la frontera sur podrían ascender a hasta 13.000 al día. En comparación, hubo 1.600 encuentros diarios en promedio de 2014 a 2019. Sin esta regla, los funcionarios fronterizos afirman que la inmigración “aumentará considerablemente a un nivel que amenaza con socavar la… capacidad de administrar de manera segura, efectiva y humana la ley de inmigración”.

Enfatizan que esto es temporal —porque se supone que durará dos años— y al mismo tiempo ofrecen rutas legales para que la gente ingrese en Estados Unidos. Específicamente, la norma menciona repetidamente un programa anunciado en enero que brinda a las personas de cuatro países —Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela— la oportunidad de venir a Estados Unidos, así como una app para teléfono celular que los migrantes pueden utilizar para sacar una cita en la frontera a fin de presentar su solicitud de asilo. Todo esto, alegan, la distingue de la política de Trump.

El gobierno ha descrito su estrategia como una de la zanahoria y el garrote, pero los detractores aseguran que la zanahoria es insuficiente. Krish O’Mara Vignarajah, presidenta y directora general del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, dijo que su organización aplaude las rutas ampliadas para esos cuatro países anunciados en enero, pero la duda es dónde quedan los migrantes de otros países.

Dice que la estrategia favorece a las personas con recursos que puedan sufragar los requisitos necesarios para encontrar un patrocinador financiero y comprar un boleto de avión con destino a Estados Unidos. Adicionalmente, algunas personas enfrentan una situación de tanto peligro que simplemente no pueden esperar en su país para una vacante de permiso condicional humanitario. Los críticos también han señalado fallas de la app.

La normativa también ha enfrentado críticas de la derecha. La Federación para la Reforma de Inmigración de Estados Unidos dijo en un comunicado que la disposición no está diseñada para detener a los migrantes tanto como para hacer el proceso más ordenado. “En otras palabras, el objetivo real no es poner fin al abuso al asilo a gran escala, sino más bien que el asunto sortee el próximo ciclo electoral”, afirma.

¿CUÁL ES EL PAPEL DE MÉXICO EN ESTO?

Estados Unidos comparte una frontera de aproximadamente 3.200 kilómetros (2.000 millas) con México y cientos de miles de personas que intentan conseguir asilo en esa zona cada año tienen que transitar por lo menos cierta porción de territorio mexicano para entrar en suelo estadounidense. Todo eso significa que, si Estados Unidos desea impedir que la gente ingrese en el país, sería mejor evidentemente contar con la ayuda de México.

Estados Unidos dijo en la disposición que mantenía “estrechas consultas” con el gobierno mexicano y “otros socios extranjeros” para que acepten el regreso de ciudadanos de terceros países una vez que expire el Título 42. Estados Unidos agregó que la decisión del gobierno mexicano de comenzar a recibir a ciudadanos de los cuatro países dependió también en parte de que Washington creara nuevos procesos para las personas de esos países a fin de que realmente ingresen en territorio estadounidense sin que tengan que hacer la peligrosa travesía por tierra.

Hasta el momento, México no ha hecho declaraciones sobre la propuesta.

Esta normativa podría afectar a los mexicanos, porque no tienen que cruzar por un tercer país para llegar a Estados Unidos.

¿QUÉ HAY DE LOS DEMÁS PAÍSES EN LA REGIÓN?

La regla por lo general deniega el asilo a los migrantes que lleguen a la frontera de Estados Unidos con México que no hayan buscado primero la protección de un país por el que hayan transitado. La normativa destaca el trabajo que Estados Unidos ha hecho para mejorar la migración legal en otros países del hemisferio occidental y pregona su éxito en México, Belice, Costa Rica, Colombia y Ecuador.

México, por ejemplo, ha surgido como uno de los “principales países que reciben solicitudes de asilo en el mundo”. Ecuador alberga a más de 500.000 personas desplazadas de Venezuela, un país asolado por la crisis, destaca la normativa.

Sin embargo, los defensores de la inmigración sostienen que otros países no siempre brindan las mismas protecciones que Estados Unidos.

¿QUÉ SIGUE?

Una vez publicada la normativa, existe un periodo de 30 días para que la ciudadanía estadounidense presente comentarios, antes de que tome su forma definitiva. La normativa entra en vigor cuando esté cancelado el Título 42. Eso está previsto para el 11 de mayo, pero la suerte del Título 42 ha variado en el último año debido a los intentos de los estados de inclinación republicana de mantenerlo vigente mediante demandas, así que no hay garantía de que desaparecerá el 11 de mayo. Los defensores de los inmigrantes han dejado entrever que presentarán demandas cuando la normativa del gobierno de Biden haya entrado en vigor, si es que lo hace. Adicionalmente, están planeando inundar con comentarios adversos el Federal Register, el diario oficial del gobierno de Estados Unidos.

Sin embargo, Elizabeth Taufa, del Immigrant Legal Resource Center (Centro de Recursos Jurídicos para los Inmigrantes), dijo que el hecho de que el gobierno dispuso el periodo de 30 días de comentarios, en lugar del más habitual de 60 días que ella esperaría para un cambio tan importante, indica que es poco probable un cambio en la medida.

Es un “indicio de que están empecinados en esto”, agregó.

JFF 

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