Pese a todo, la candidatura de Trump luce imparable

Estados Unidos.- Enfrenta varios juicios penales. Un jurado lo halló culpable de abuso sexual. Un tercio de su partido tiene una opinión desfavorable de él. Pero a seis meses de que los republicanos empiecen a elegir su candidato presidencial, el expresidente Donald Trump es, de lejos, el favorito para ganar.

Los favoritos iniciales no siempre obtienen la candidatura, pero la sensación creciente de la inevitabilidad de Trump despierta alarmas entre algunos republicanos que esperan —y desesperan— que el partido lo deje atrás. Algunos describieron una sensación de pánico al tratar de descarrilar a Trump y torcer el rumbo de la campaña. Pero nadie tiene un plan o estrategia claras para ello, y los detractores de Trump no logran ponerse de acuerdo sobre la alternativa.

Larry Hogan, exgobernador de Maryland, es uno de los dirigentes republicanos convencidos de que una nueva candidatura de Trump le provocaría un desastre al partido en las elecciones y que por eso “están muy preocupados (…) La gente esperaba que a esta altura hubiéramos registrado mayores progresos”.

Las encuestas dan a Trump entre 20 o 30 puntos, como mínimo, sobre su rival más próximo. Desde luego, los seis meses que restan antes de las asambleas partidarias en Iowa pueden ser una eternidad en política, donde suele haber cambios bruscos de una semana a la otra. Y Trump tiene puntos débiles, como las investigaciones federal y estatales de sus intentos de anular la elección de 2020 y la posibilidad de que se encuentre en la posición inédita de tener que ir a juicio y montar una campaña al mismo tiempo.

Pero los detractores mismos reconocen que esos sucesos externos que muchos daban por sentado perjudicarían a Trump —los juicios criminales en Nueva York y Florida— no le han hecho mella. Al contrario, algunos votantes que contemplaban una alternativa han regresado al redil de Trump.

“Las acusaciones han favorecido a Trump con los votantes en las primarias republicanas”, dijo Art Pope, un donante republicano que apoya la candidatura del exvicepresidente Mike Pence, pero que cree, sin embargo, que las acusaciones eran infundadas.

Los republicanos antitrumpianos aún no se unen en torno de una alternativa. La campaña del gobernador de Florida, Ron DeSantis, no cobra impulso, y muchos esperan a ver si surge otra alternativa viable en el conjunto de precandidatos. El senador Tim Scott, de Carolina del Sur, atrae una atención creciente.

Varios grupos que se oponen a la candidatura de Trump han empezado a invertir grandes sumas para debilitarlo, aún sin volcarse por otra alternativa. Recuperarlo PAC, una nueva comisión independiente de recaudación de fondos vinculada con la agrupación de derecha Club para el Crecimiento, invirtió 3,6 millones de dólares este mes en un aviso publicitario en el que un supuesto partidario de Trump dice que esta harto de las travesuras del expresidente.

Amo a Donald Trump, amo lo que ha hecho”, dice. Pero “tiene tantas distracciones… y no estoy convencido de que pueda enfocarse en llevar adelante el país”.

El grupo de derechas Estadounidenses por la Prosperidad, parte de la red creada por los multimillonarios hermanos Koch, ha tratado de socavar a Trump con campañas telefónicas y puerta a puerta. Según esta agrupación, las conversaciones con votantes revelan que el apoyo a Trump es menos firme de lo que muchos piensan. Incluso los que se identifican como partidarios suyos tienen dudas sobre sus posibilidades en una elección general y están abiertos a pensar en una alternativa,

Su propaganda en los estados donde comienzan las primarias se enfoca en ese mensaje. Uno de sus volantes consiste en fotos de Trump y el presidente Joe Biden con la leyenda, “¿Vale la pena correr el riesgo?”. 

Dirigentes del grupo reconocen que se los presiona para que apoyen a un candidato que no sea Trump, pero dicen que por ahora están sentando “las bases” para el surgimiento de una alternativa.

“Tenemos que dejar atrás a Trump”, dijo Drew Klein, director estatal de la agrupación. “Es lo que piensa la mayoría de la gente con la que hablamos. No tienen un candidato firme, pero saben que es necesario avanzar”.

Sin embargo, no todos coinciden con la estrategia contra Trump. El encuestador Frank Luntz, antes del Partido Republicano, advierte que ese mensaje “aumenta las probabilidades de triunfo de Trump porque lo convierte en una víctima”.

Dice que ha conocido votantes republicanos dispuestos a aceptar una alternativa, siempre que cumpla las promesas de Trump.

“La luna y las estrellas tendrán que alinearse para poder derrotar a Trump”, dijo. “Y lo hará el candidato que apoye el programa de Trump, pero se oponga a la falta de éxito”.

Las trayectorias políticas están sujetas a cambios abruptos, sobre todo al comenzar la votación. En la campaña de 2008, el senador John McCain, a la postre el candidato, solo surgió como favorito después de ganar en la primaria de Nuevo Hampshire, en enero de ese año. Y la entonces senadora Hillary Clinton parecía llevar una ventaja clara en la campaña interna demócrata hasta que la sobrepasó Barack Obama al comenzar la votación.

Pero ningún expresidente en la era moderna se ha postulado después de perder una reelección. Y Trump cuenta con la fervorosa adhesión de una parte del partido. Este mes se cumplen ocho años desde que el entonces astro de la reality TV y novato político empezó a adelantarse en las encuestas, desplazando a su rival Jeb Bush del puesto de favorito para ocuparlo hasta ganar la candidatura.

Ralph Reed, un estratega republicano que preside el grupo evangélico Coalición Fe y Libertad, dice que Trump retiene la “posición más fuerte” entre los precandidatos, pero que la campaña será “competitiva y arduamente disputada”.

“Nadie debe dar por sentado que ganará en tal o cual estado, nadie debe dar por sentado el resultado de estas primarias porque cualquier cosa puede y suele suceder”, dijo. “Casi todo favorito se ha encontrado alguna vez al borde de la caída”.

Los detractores y rivales destacan lo que consideran una lista creciente de traspiés de la campaña de Trump, sobre todo en Iowa, donde criticó a la popular gobernadora Kim Reynolds por declararse neutral y a la vez mantener una estrecha relación con DeSantis. Además, pasó por alto un par de reuniones republicanas a las que asistieron la mayoría de sus rivales principales.

El viernes, cuando sus rivales se encontraban en la Cumbre de Liderazgo Familiar en Iowa, Trump se dirigía a Florida, donde estará prácticamente solo en el escenario de la conferencia anual Punto de Inflexión, un encuentro de miles de jóvenes derechistas.

DeSantis tiene una relación de años con el organizador Charlie Kirk, participó el año pasado junto con Trump y recibió una bienvenida entusiasta de la multitud, pero esta vez rechazó la invitación, debido, dijo, a otros compromisos.

“Uno tiene pocas oportunidades dentro el ciclo electoral amplio para presentarse ante grupos importantes y toda la prensa, y desaprovechar esta oportunidad de presentar una visión para Estados Unidos me parece uno de los errores más graves”, dijo Tyler Bower, jefe de operaciones de Punto de Inflexión.

Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas y uno de los contendientes por la candidatura, cree que es posible derrotar a Trump, pero solo si se producen dos cambios.

“Primero, los candidatos como yo tenemos que decir muy claramente que Donald Trump no es la dirección correcta para nuestro país y nuestro partido”, dijo. “Segundo: los votantes deben comprender que no podemos ganar en 2024 y que el Partido Republicano sufrirá una tremenda derrota… en toda la boleta si Donad Trump es nuestro candidato. Y creo que los votantes lo comprenderán a medida que pasa el tiempo”.

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FRG

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