Estados Unidos.- Una madre en Utah, Estados Unidos, vigilaba como todas las noches a su pequeño de seis meses, a través de un monitor nocturno.
Todo parecía normal hasta que al observar detenidamente los ojos del bebé, uno de ellos aparecía con una luz y el otro totalmente oscuro, lo que la preocupó y la hizo buscar en internet qué podría ser esto.
Al no encontrar respuestas válidas, acudió al día siguiente al pediatra, situación que le salvaría la vida a su bebé, puesto que se le diagnosticó retinoblastoma, que es cáncer de retina, en el ojo que aparecía negro.
De acuerdo con el comunicado de prensa del portal “Intermountain Healthcare”, el retinoblastoma es un cáncer ocular común en la infancia.
En Estados Unidos se diagnostican al año 300 casos, los cuales se han evidenciado antes de que los menores cumplan los dos años de edad.
Este cáncer se puede tratar mejor si se detecta de forma temprana, por lo que podría decirse que haber detectado algo raro en el monitor nocturno salvó la vida de su hijo.
No todos los cánceres infantiles se benefician de la detección temprana, pero en el caso del retinoblastoma, la detección temprana realmente importa”, expresó Matthew Dietz, oncólogo pediátrico de la Universidad de Utah y pediatra en el Intermountain Primary Children’s Hospital.
De igual forma, el doctor Dietz afirmó que gracias a estos aparatos tecnológicos se han podido detectar varios casos y a aquellos padres que han visto en fotos o videos esta anomalía los insta a que tan pronto la vean acudan de inmediato con el pediatra.
Puesto que al pequeño Benny se le detectó tempranamente el retinoblastoma, se le pudo aplicar un tratamiento no tan invasivo como una quimioterapia total; por el contrario, de acuerdo con la clínica infantil, “los médicos pudieron colocar un microcatéter, de menos de 1 mm, en una arteria de la pierna de Benny y hasta los vasos detrás del ojo. Allí, inyectaron quimioterapia directamente en el tumor”.
Este procedimiento evitó que el pequeño fuera objeto de cirugías y tratamientos más invasivos y de esta forma lograron salvar el ojo del menor.
Benny ahora es un niño feliz de año y medio y su caso ayudará a muchas familias a tomar conciencia sobre la salud de los bebés: “A partir de esta experiencia, Benny ha ganado un equipo, amigos y familia”, expresó la mamá del bebé.
(Con información de El Tiempo)
JRL