Tel Aviv, Israel.- Israel estaría dispuesto a parar su guerra contra Hamás en Gaza durante el mes del ayuno musulmán, el ramadán, si se alcanza un acuerdo para la liberación de los rehenes que siguen retenidos por el grupo insurgente, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Negociadores de Estados Unidos, Egipto y Qatar han estado trabajando en un acuerdo de alto el fuego por el que Hamás dejaría libres a algunas de las docenas de personas que mantiene retenidas a cambio de la liberación de presos palestinos y de una tregua de seis semanas. Durante esa pausa en los combates, continuarían las conversaciones para la entrega del resto de los rehenes y de más palestinos presos en Israel.
Funcionarios israelíes señalaron que las declaraciones de Biden en un programa de entrevistas nocturno grabado el lunes fueron una sorpresa y no se realizaron en coordinación con los dirigentes del país. Un funcionario de Hamás restó importancia a cualquier sensación de avances y afirmó que el grupo no suavizará sus exigencias.
Las negociaciones seguían el martes en Qatar. Un alto funcionario egipcio indicó que el pacto incluiría la puesta en libertad de hasta 40 mujeres y rehenes de edad avanzada en un canje por hasta 300 reos palestinos, en su mayoría mujeres, menores y ancianos.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir las negociaciones, dijo que la pausa de seis semanas en los combates incluiría la entrada de cientos de camiones con ayuda a Gaza cada día, también al norte, la zona más castigada por la ofensiva.
El inicio del ramadán, que se espera que sea en torno al 10 de marzo, se considera la fecha límite no oficial para alcanzar un acuerdo de alto el fuego. Es un mes de gran religiosidad en el que cientos de millones de musulmanes ayunan desde el amanecer hasta el anochecer en todo el mundo. En el pasado, las tensiones entre israelíes y palestinos se han recrudecido durante este tiempo.
“Se acerca el ramadán y ha habido un acuerdo por parte de los israelíes de que no realizarían actividades durante el ramadán para darnos tiempo para sacar a todos los rehenes”, afirmó el mandatario en su aparición en el programa “Late Night With Seth Meyers”, de la televisora NBC.
En otras declaraciones el lunes, Biden apuntó que esperaba que el alto el fuego pudiese entrar en vigor en la próxima semana.
Pero Biden no pidió el final de la guerra provocada por el letal ataque de Hamás sobre el sur de Israel el 7 de octubre, en el que los insurgentes mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a unas 250 como rehenes, de acuerdo con las autoridades israelíes.
Los funcionarios israelíes, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a tratar las delicadas conversaciones con la prensa, indicaron que Israel quiere un acuerdo de inmediato pero que Hamás sigue planteando exigencias excesivas. Además, Israel insiste en que las soldados retenidas formen parte del primer grupo de rehenes liberados en base a cualquier acuerdo, añadieron.
El funcionario de Hamás, Ahmad Abdel-Hadi, indicó que el optimismo sobre un posible acuerdo era prematuro.
“La resistencia no está interesada en renunciar a ninguna de sus demandas, y lo que se propone no satisface lo que se había solicitado”, dijo en declaraciones a la televisora panárabe Al Mayadeen.
Hamás había exigido previamente que Israel ponga fin a la guerra como parte de cualquier acuerdo, algo que Netanyahu tachó de “delirante”.
El presidente estadounidense, que ha apoyado a Israel de forma incondicional durante la guerra, dejó la puerta abierta a una posible ofensiva terrestre israelí sobre la ciudad sureña de Rafah, en la frontera con Egipto, a donde han huido más de la mitad de los 2,3 millones de residentes en la Franja de Gaza siguiendo las órdenes de evacuación de Israel.
La posibilidad de una invasión de Rafah ha desatado la alarma mundial por la suerte de los civiles gazatíes atrapados allí. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sostiene que la operación terrestre en la ciudad es un componente inevitable de su estrategia para aplastar a Hamás. Esta semana, el ejército sometió sus planes operativos para la ofensiva a la aprobación del gobierno, así como los planes para evacuar a la población civil.
Biden afirmó el lunes que cree que Israel ha ralentizado sus bombardeos sobre Rafah.
“Tienen que hacerlo y se han comprometido conmigo a que van a intentar evacuar partes significativas de Rafah antes de entrar y sacar a lo que queda de Hamás (…) pero es un proceso”, añadió.
La devastadora campaña aérea, terrestre y marítima de Israel en Gaza ha matado a más de 29.700 personas, en su mayoría mujeres y niños, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, gestionado por Hamás, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes en su conteo.
Los combates han arrasado grandes tramos del paisaje urbano, desplazaron al 80% de la población del enclave y provocaron una crisis humanitaria que, según Naciones Unidas, hace que un cuarto de los residentes no tengan qué comer y despierta preocupación por una inminente hambruna.
El primer y único acuerdo alcanzado desde el inicio del conflicto fue a finales de noviembre y supuso la liberación de alrededor de un centenar de rehenes, en su mayoría mujeres, menores y extranjeros, a cambio de 240 palestinos presos en Israel, además de un breve alto en la ofensiva.
Unos 130 rehenes siguen en Gaza, pero Israel afirma que alrededor de una cuarta parte de ellos estarían muertos.
JFF