Por: Marisa Meltzer
No busques anillos con forma de corazón en internet. Te lleva a una serie de romances fallidos de famosos y, quizá, a un reguero de lágrimas: Lady Gaga y Taylor Kinney, Gwen Stefani y Gavin Rossdale, Nicki Minaj y Meek Mill.
Como elemento de diseño, el corazón se parece más a los lunares o las rayas que a una abreviatura visual del amor romántico. Si quieres romanticismo, prueba con encajes, ostras, tarjetas de San Valentín de mediados de siglo o chistes grabados en el reverso de un reloj suizo.
Los corazones pueden ser atrevidos y frescos: piensa en la camiseta negra de Supreme con estampado de corazones rojos que Timothée Chalamet lució en un programa nocturno de entrevistas hace unos años (si te emociona esto, sigue a @readytimmywear en Instagram). Otra forma de llevar el corazón a flor de piel sería una camiseta con estampado integral de “Heart-Shaped Box” de Nirvana, que hace poco alcanzó los cuatro dígitos en Etsy.
Para añadir un poco de corazón a tu vida, prueba un pasador para el cabello en forma de corazón de Deborah Pagani para Gucci Westman o un cinturón de Blumarine con una hebilla en forma de corazón. Loewe tiene gafas de sol con cristales en forma de corazón y, como todo lo que diseña Jonathan Anderson, son tan surrealistas como para que te sientas segura de que nadie te confundirá con un homenaje a la “Lolita” de Kubrick. Tal vez quieras localizar alguna de las joyas de fantasía más voluminosas de Chanel con corazones. En RealReal puedes encontrar cosas como una blusa roja de Chanel con un lazo negro y un corazón acolchado de la época de Karl Lagerfeld.
Aunque no celebres San Valentín, aquí tienes algunos corazones para románticos y pragmáticos por igual.
Tiffany & Co.
Los corazones pueden resultar un poco cursis, incluso un poco ridículos. Si prefieres morir sola a regalar un corazón de caramelo, o eres de las que odian todo lo dulce (literal o figurado), prueba este colgante de jade con cadena de malla de oro de 18 quilates de la colección Open Heart de Elsa Peretti para Tiffany. Es sexy y un poco atrevido. El verde fresco del jade contrasta muy bien con la fina cadena de 28 pulgadas. Póntelo con una camisa vintage de mezclilla con tan pocos botones abrochados que hasta Bernard-Henri Lévy se sonrojaría. (4900 dólares)
Alaïa
¿Recuerdas cuando Rihanna lució esa piel con forma de corazón de Yves Saint Laurent en 2016? ¿O quizás compraste el bolso en forma de corazón de Erin Fetherston para Target en 2007? Estaba explorando posibles compras y me encontré con el bolso Le Cœur de Alaïa. Es tan pequeño como para no parecer artificioso, pero tan grande como para llevar lo necesario. El tono rojo es el equilibrio perfecto entre fresco y cálido. También puedes optar por un bolso dorado o azul, menos obvio, con una cadena dorada. (desde 1170 dólares)
Yves Saint Laurent
Nadie entendió tan bien el uso de los corazones como herramienta de diseño como Yves Saint Laurent, quien los dibujó un poco asimétricos y desviados. Re-See, el sitio de reventa de diseñadores con sede en París, tiene la mejor selección, sobre todo de las joyas que Robert Goossens diseñó para YSL. Mientras echas un vistazo, encontrarás un broche de oro con forma de corazón y la inscripción “Yves Saint Laurent” impresa en letra de imprenta —los broches están a punto de volver a ser grandes— que luciría genial en un hombre. Pero el mejor regalo sería un póster de 1989, “de la colección privada de uno de los más fieles colaboradores de Saint Laurent”. Un pilón: está enmarcado. (2100 euros, o cerca de 2300 dólares)
Stephen Dweck
Stellene Volandes, redactora jefe de Town & Country, que sabe mucho de joyería, dijo que fue “una escéptica de las joyas de corazón durante años”, pero que ahora se siente atraída por ellas, señalando líneas como Foundrae y Briony Raymond. En esa misma línea, el joyero Stephen Dweck, que solía diseñar para Geoffrey Beene, hace el par de pendientes más decadente. ¿Recuerdas cuando la gente te pregunta cuál es tu lenguaje del amor? Este es el mío: “Pendientes de turmalina rosa, caracola y diamantes en oro de 18 quilates”. (28.865 dólares)
Paco Rabanne
Una capucha hecha de corazones de metal enlazados parece algo que verías en la sección de armaduras del Met, pero también algo que la modelo Pat Cleveland habría lucido en un club en los años setenta. (650 euros, o cerca de 700 dólares)
Mondo Mondo
Los corazones eran una gran moda a finales de la década de 1980, con joyas atrevidas y sin complejos de Christian Lacroix, Chanel o Yves Saint Laurent. Natasha Ghosn, diseñadora de la línea de joyas, fragancias y velas Mondo Mondo, de Los Ángeles, tal vez sea la verdadera heredera de esa estética. Así que no es de extrañar que tenga muchos motivos de corazones. Un collar parece una joya que una mujer despechada de una novela de Jackie Collins se hubiera arrancado del cuello y arrojado por la ventana tras ser traicionada por su hombre. Está disponible en plata y en baño de oro, pero la plata parece un poco menos obvia y un poco más tierna. (250 dólares)
c.2023 The New York Times Company