Guanajuato, Guanajuato.- Diego Sinhue no paró de contarle cosas a su invitada, Claudia Sheinbaum, durante los dos primeros eventos de arranque del Festival Cervantino (FIC).
En la apertura de la Casa Chilanga, en la Plazuela del Baratillo, mientras el alcalde Alejandro Navarro y la Secretaria de Cultura Federal daban sus discursos de bienvenida frente al pueblo, al aire libre, el gobernador de Guanajuato le contaba y le contaba cosas a la jefa de Gobierno de la CDMX.
Luego, en el escenario del Teatro Juárez, ya en la ceremonia oficial y solemne, siguió igual. Mientras Alejandro Navarro hablaba de que ya había reabierto el Callejón del Beso y le agradecía al Gobernador haber remodelado el recinto, haberle depositado la lana para horas extraordinarias de barrenderos y policías.
Mientras el rector Guerrero Agripino hacía gala de su elocuencia evocando el legado de Miguel de Cervantes, mientras Adriana Camarena, la directora del Instituto Estatal de Cultura hablaba solemne, Rodríguez Vallejo siguió acercando su cara a la de Sheinbaum, a cada rato, para contarle algo que solo ellos saben.
Diego Sinhue estaba contento, sonreía casi todo el tiempo mientras permanecía sentado junto a la gobernante ‘chilanga’. No le importó romper el protocolo frente a todo el público que los veía y le pidió a Claudia tomarse una selfie los dos, que ella aceptó.
Ella, seria y atenta, escuchaba a los oradores en turno, sin dejar de ladear su cara para atender, a cada rato, la plática del Gobernador de Guanajuato y responderle breve. Aunque también sonreía.
En una ocasión, Diego Sinhue le arrancó una risa a la Sheinbaum en el escenario. Y le habló, y le habló, durante la hora y media que duró el evento.
Se había dirigido a ella por su grado: “doctora”, previamente en la Plazuela del Baratillo, cosa que pocas veces hace en los actos públicos.
AM