Yuriria, Guanajuato.- Empleados de Servicios Públicos de Yuriria comenzaron a desmantelar a “YuriCoco”, el cocodrilo gigante que por más de cuatro años se ubicó en un terreno privado al final de la calle Villafuerte, en la Zona Centro de Yuriria, lo anterior a petición del dueño del terreno, quien no recibió renta en ningún momento.

Todas las partes de metal y fibra de carbono que conforman la estructura gigante, que en 2019 fue uno de los principales atractivos turísticos por los que apostó la administración pasada, están siendo trasladados al espacio de la planta tratadora de aguas residuales, a un costado del lago.

Fotos: Javier Vargas.

No obstante, la Contraloría Municipal se ha negado desde hace una semana a ofrecer información sobre la situación legal de la estructura, pues lo último que se comunicó fue que el ex alcalde Salomón Carmona no ha presentado hasta el momento la propiedad del cocodrilo, aunque el municipio tampoco tiene registros de que se haya construido con dinero del erario.

“Traemos el oficio de la Presidencia que dice que lo podemos quitar para llevarlo a la planta tratadora y es más que nada porque el dueño ya pidió este terreno, es particular, y él quiere ya utilizarlo para otra cosa, nunca le dieron renta”, comentó un empleado de Servicios Públicos que pidió el anonimato.

El ex presidente municipal, Salomón Carmona, dio a conocer que no se le notificó sobre el traslado de la estructura a otro lugar, por lo que, dijo, tomará acciones legales contra el Municipio, pues asegura que cuenta con los documentos de la compra de los materiales para la construcción de este atractivo turístico.

‘YuriCoco’ fue uno de los principales atractivos turísticos por los que apostó la administración pasada de Yuriria. Foto: Archivo.

El “YuriCoco”, como es conocido entre los habitantes, se instaló a finales de febrero de 2019 en las inmediaciones de la explanada de San Agustín, aunque el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) solo dio permiso tres meses para su exhibición en el lugar, por lo que a finales de mayo del mismo año se movió al terreno de la calle Villafuerte.

Fue un atractivo de moda solo unos meses y luego lo abandonaron al final de la calle, ya nadie iba a verlo, más bien los jóvenes lo empezaron a usar para las fiestas, está mejor que lo quiten porque ya estaba dando mala imagen”, manifestó Angélica González, ciudadana.

Mientras tanto la disputa legal para acreditar la propiedad del cocodrilo gigante sigue su curso, pese a que Contraloría informó hace unos meses que la situación quedaría definida este mismo año.

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