Una de las contribuciones de las matemáticas aplicadas al Estado, realizadas por el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) de Guanajuato, es la realización del modelo que se utilizó para determinar el número de jueces y salas de oralidad que implementó el Poder Judicial del Estado al iniciar el nuevo Sistema de Justicia Penal Oral.
Así lo destacó el director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, quien destacó que con ello el Poder Judicial se ahorró mucho dinero.
En entrevista, el autor de ese modelo, el investigador Miguel Nakamura Savoy, recordó que este trabajo lo realizaron en 2011, durante seis meses. Empezaron a hacer experimentos en junio y para julio o agosto lo tuvieron listo y lo entregaron, pues el Sistema de Justicia Penal Oral empezó a funcionar en la región 1, es decir, los 15 municipios del norte y noreste del Estado, el 1º de septiembre de ese año.
Explicó que las variables que utilizaron para diseñarlo fueron las consignaciones, es decir, el número de expedientes turnados del Ministerio Público al Poder Judicial en determinado periodo, la duración de una audiencia, los jueces y las salas donde se realizarían las audiencias de oralidad, para evaluar cómo se iba a comportar el sistema con un determinado número de jueces, salas y consignaciones, por región, por fecha, por lugar y por hora.
También tuvieron otros datos de la Procuraduría de Justicia, que también interviene en el Sistema Oral.
“(El fin del modelo es) darle a las autoridades que toman decisiones y decirles qué pasa si pongo 10 jueces o 12. O que pasaría si en lugar de ocho salas, construye 16. El modelo me va a decir que va a haber muchas salas que se van a quedar sin actividad, o que va a haber muchos jueces que se van a quedar sin actividad porque el flujo de consiganciones no satura el sistema.
“Diseñando un modelo, las autoridades pueden tomar una decisión entre ser demasiado costoso o ser demasiado ineficiente”.
Otra información que le interesaba conocer al Poder Judicial, con la utilización de este modelo, era saber los costos de un Juez al año, los viáticos en caso de que necesitara viajar y si era necesario tener jueces fijos o movibles de un municipio a otro, para determinar dónde colocarlos.
Señaló que esencialmente, el modelo fue un producto de software diseñado por Maximiliano Tapia y el modelo probabilístico para “correrse” en el software sí lo diseñó él, Miguel Nakamura. También contaron con la colaboración de un técnico académico en estadística.

Decide el Poder Judicial

El investigador del Cimat aclaró que ellos no decidieron cuántos jueces había que contratar ni cuántas salas de oralidad construir o adecuar. Ellos sólo le dieron elementos al Poder Judicial para que éste decidiera.

“Es importante destacar que los matemáticos no les dijimos cuántos jueces tenían que contratar. Las matemáticas les dio a ellos una herramienta para hacer un análisis cuantitativo de distintos escenarios. La decisión última es de ellos. Las matemáticas les auxiliaron a tomar una decisión”.
Porque explicó que en el nuevo Sistema Penal el consejo que tomó las decisiones vio la parte jurídica y administrativa. El modelo de simulación le dio a este grupo de personas la posibilidad de experimentar con distintos escenarios y ver su efecto en costo y en desempeño.
Al final de su trabajo, los matemáticos lo que le dieron al Poder judicial “es un producto de software. Si tu quieres experimentar con este escenario ‘X’, estos son los datos que tienes que capturar y luego genera una serie de reportes ejecutivos. Después de que corre el simulador, genera automáticamente una serie de reportes donde cada una de estas aristas examina y ve lo que le interesa ver en cuanto al desempeño del sistema.
“Ellos ingresan datos, presionan un botón, corre el simulador en un año, por ejemplo y genera un reporte de lo que sucedería en ese año”.

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