Desde la carretera libre Guanajuato-San Miguel de Allende se ve El Calvario, es la capilla más antigua de Cruz del Palmar, está sobre un montículo de piedras blancas, allá arriba es la parte más alta de la comunidad otomí que está a un lado de donde se tiene proyectado que pasará la nueva autopista Guanajuato-San Miguel de Allende.
Cerca de donde se planea construir esta carretera, también está “El Cuisillo de la Soledad de Ojo de Agua”, es un montículo de tierra, los habitantes de la región cuentan que sus padres les platicaron que alguna vez se encontraron vasijas de barro, puntas de flecha y hasta algunos tesoros.
Los pobladores platicaron que hubo saqueos, se robaron todas las piezas que se cree eran prehispánicas, ahí eran un centros ceremoniales
A escasos metros de donde está “El Cuisillo” hay lo que llaman un patio hundido, que era en la época que habitaron los Otomíes, un centro ceremonial muy importante.
“El patio hundido ese sí desaparecería (con la nueva autopista), eso no es invención mía, pero hay un poco más de certeza en los registros que hizo el Instituto Nacional de Antropología, como desde los años 80 vinieron a hacer un estudio”, contó Atanasio Ramírez, descendiente de Otomíes.
El Calvario es una capilla representativa de la Cruz del Palmar, ahí se encuentra una réplica de el Señor del Santo Entierro, en honor a él se celebra la fiesta patronal más grande que hacen los habitantes de la zona, tienen la réplica de la cruz porque desde hace tiempo les robaron la cruz original,la trajeron en el Siglo XVII los frailes franciscanos desde Tlaxcala.
Ese día se hace un tradicional adorno de la comunidad, se llama zúchil, “creo que zúchil se deriva una palabra Otomí, no me crea, esas son ofrendas florales de más de 8 metros de altura hechas de un material que utilizaban nuestros antepasados, carrizo, hilo y flores simulando figuras religiosas” dice Tano.
Magdaleno Ramírez, presidente del Consejo Indigenista Estatal, que fue nombrado por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), ha luchado a través de los años porque la carretera tenga un nuevo trazo, pues asegura que dañará los centros ceremoniales y sitios arqueológicos que tienen en la comunidad, de donde además es originario.
“La carretera es una obra que nosotros no solicitamos, ni siquiera nos comentan que van a cruzar una autopista en esta zona y que nos va a dañar nuestros centros ceremoniales, ahí es nuestra oposición, al saber nosotros esto pues nos oponemos”, contó Magdaleno Ramírez.
El profesor Magdaleno comenta que la obra la quiere hacer Gobierno del Estado, pero los recursos vienen de Gobierno Federal, y desde el 2003 más o menos hace 10 años, se viene estudiando este proyecto, no es de ahora, pero ahora sí ya es en serio.
“Yo irónicamente les he dicho a mis gobernantes que la democracia dice que debemos respetar a las mayorías, yo soy muy democrático.. esta ley dice Ley para la Protección de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guanajuato, no dice ley para la destrucción…. Ahí hay muchos intereses de miles de millones de pesos…”, comenta Magdaleno Ramírez.

 LA HISTORIA

El 21 de Mayo del 2012, la entonces Delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA), Guillermina Gutiérrez Lara, envió un documento dirigido al ingeniero Marcelino Gómez Martínez, entonces director general de Infraestructura Vial, y a la Secretaría de Obra Pública del Estado de Guanajuato, donde con firma y sello les informa que la carretera se puede hacer sin afectaciones, según un estudio antropológico.
Sin embargo, el profesor Magdaleno Ramírez y otras personas, con ayuda de antropólogos luchan porque se haga un nuevo estudio donde demuestran que la carretera sí afectará las zonas arqueológicas.
Tras la lucha, y el amparo 595/13 emitido por el Segundo Juzgado de Distrito de Guanajuato y reconsideración de las autoridades, los habitantes logran un amparo y el 25 de Septiembre del 2013, se detiene la obra por orden del mismo INAH para que se revise.

Pos así, ¿qué le queda a uno?

Todo empezó cuando hace aproximadamente un año fueron a “comprarles” los terrenos, aunque desde el 2003 se tiene pensado el proyecto de la autopista, pero no fue sino hasta el año pasado que personal de Gobierno del Estado de Guanajuato se acercó a los ejidatarios de Cruz del Palmar y comunidades aledañas.
A los habitantes les plantearon la nueva carretera, les dijeron que los beneficiaría… porque sus terrenos iban a costar más, eso les dijeron.
Debieron aceptar
Eran unos 40 ejidatarios con los que habló personal de Gobierno, los convencieron de vender sus terrenos, o los vendían o los vendían, a nadie más consultaron, según un ejidatario, les dijeron que les darían 2 millones y medio de pesos por todas las hectáreas que ocupara la nueva Autopista, se hablaba de 5 kilómetros de largo por 60 de ancho, unos aceptaron, otros no estuvieron tan convencidos, pero debieron aceptar.
“Firmamos bajo presión, o ¿cómo se le puede decir a eso?, que nos dijeron: si ustedes firman se va a hacer la autopista, si no firman, se va a hacer la autopista de todas formas, si firman, se les va a dar su gratificación y si no firman, probablemente no les den nada, pero de todas formas se va a hacer, pos así ¿qué le queda a uno?”, dijo Atanasio Ramírez, ejidatario.

AL DETALLE

La comunidad de Cruz del Palmar es perteneciente a San Miguel de Allende, está a unos 35 kilómetros de Guanajuato capital, hay un aproximado de mil 200 habitantes y contando las comunidades cercanas como Banda, Oaxaca, San Isidro y otras aledañas pueden llegar a juntarse hasta 2 mil 800 habitantes en esa zona, esas comunidades quedan cercanas a donde el Gobierno del Estado tiene proyectado construir la nueva carretera de cuota Guanajuato-San Miguel de Allende.

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