Una riña de aproximadamente 300 jóvenes vándalos fue la que se registró en el sepelio del joven taquero que murió acribillado a balazos en su puesto el pasado viernes.
El resultado de dicha trifulca dejó únicamente una persona lesionada, pero agilizó a prácticamente todo el departamento de Seguridad Pública en turno.
El hecho se suscitó en la calle Palma de la zona centro en Silao, cuando trasladaban el cuerpo a bordo de una carroza hacia el templo de la Casa de Ejercicios.
Sin embargo, nunca se imaginaron que en la mencionada Palma, en el interior de un salón denominado “Landín”, más de 200 cholos del barrio La piedad, ya los estaban esperando.
Así pues, cuando la multitud de vándalos de los llamados “Ángeles 13”, barrio al que perteneció en vida Raúl Octavio, pasaban por el salón, el bando contrario los tomó por sorpresa y así comenzó la sorprendente trifulca.

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