En uno de los lugares más retirados de la ciudad, en las montañas de Guanajuato, se encuentra Rancho la Higuera, donde habitan familias de escasos recursos, ahí Miguel espera con ilusión la llegada de los Reyes Magos.
En esa comunidad son comunes las casas fabricadas de cartón, plásticos, y cualquier material que sirva para resguardarse del frío, el sol, el aire y la lluvia.
Miguel Hernández, un niño de 12 años, tiene la ilusión de ver llegar este año a los Reyes Magos.
A pesar de que es un niño bien portado, pues estudia, y ayuda en las labores del hogar, los Reyes Magos no llegan a esos lugares lejanos de la ciudad.
Miguelito desea que este año le puedan traer un juguete, al igual que a su hermana y a los niños de la colonia, y así poder divertirse como todos los niños de su edad, convivir y distraerse con sus juguetes.
“Yo espero que este año los Reyes Magos lleguen a mi casa, tengo ganas de un juego de video y una pelota, mi mamá me dice que me porte bien para que los reyes vean que sí merezco recibir un juguete”, dice Miguelito, quien cursa la primaria y tiene ganas de seguir estudiando.
Miguel escucha historias en su escuela acerca de los Reyes Magos, sabe que tiene que escribir una carta donde hace su petición, pero pocas veces se motiva a escribirla pues no está seguro que los Reyes Magos lleguen hasta esos lejanos lugares de las montañas que rodean a Guanajuato.
Rancho la Higuera se encuentra a diez minutos caminando de la ultima parada que hace el camión urbano, ese trayecto es una carretera de tierra donde Miguel tiene que caminar para ir a la escuela; este año se ve muy entusiasmado de que en próximos días los Reyes Magos visitarán todos los hogares para dejar juguetes a los niños y así pasar un 6 de enero felices, divirtiéndose con los juguetes que recibirán.
Desea que ahora sí lleguen
A pesar de que se porta bien, Miguelito no tiene regalos el 6 de enero