Ayer, desde las 3 de la tarde  la ciudad volvió a recuperar su aparente calma, luego de que miles de jóvenes que participaron en la peregrinación al Cubilete, regresaron a sus lugares de origen, como los chavos de la parroquia La Guadalupita, del DF.
Sentados frente a la Plaza de la Paz, unos 20 jóvenes esperaban el transporte para ir a la Central de Autobuses, ya que no contrataron algún servicio especial.
“Cada año venimos a visitar a Jesús, nos gusta hacerlo porque se fortalece nuestra fe y la convivencia de grupo”, dijo Norma.
Este viaje fortaleció su ambición de llegar a ver un “México grande, solidario, sin corrupción, un país en el que políticos y delincuentes no hagan tanto daño”.

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