Positos es una calle con muchas historias que contar, es quizá reconocida por aquellos que son admiradores de la obra del muralista Diego Rivera, pues ahí se encuentra la casona donde vio la luz por primera vez.
Actualmente es una de los sitios más visitados, pues desde hace algunos años se han instalado galerías y museos, lo que dio origen al Circuito de Arte Positos. Entre las galerías que hay en este espacio guanajuatense, hay uno dedicado 100% al grabado, el Taller del Pinche Grabador.
Un grabado aquí, otro allá, uno acá, ¿qué es lo que se ve a simple vista? Una pared llena de su trabajo artístico. Ese sitio además de ser su taller, es una galería, un espacio donde además de exhibir su obra, exhibe losde otros grabadores nacionales.
¿Cuándo comenzó todo? Fue el 12 de octubre de 1978 cuando nació el pinche grabador. Desde muy joven tuvo interés por el dibujo, incluso sufrió porque en la primaria, secundaria y preparatoria no había talleres artísticos. “Desde niño me gustaba dibujar, pero nunca tuve la inquietud de ser un artista, o algo relativo al arte, no estaba dentro de mi panorama”.
Recordó que en la primaria hacia concursos con su compañero Miguel. “Había como una riña por quien era el mejor, era un pasatiempo en la escuela, nada serio, pero si sufrí porque no había clases de dibujo y no sé me ocurrió entrar a la Casa de Cultura”.
Su primer contacto con su profesión fue a los 16 años cuando entró a trabajar a un taller, qué fue lo primero que hizo, barrer. “Me di cuenta que existía el grabado porque no lo conocía”. Poco tiempo despúes se dio cuenta que quería dedicar su vida al oficio.”Te das cuenta de toda la importancia que tiene, empiezas a valorar desde tirar la basura, hasta hacer otras cosas; poco a poco vas evolucionando en el trabajo”.
Desde ese primer encuentro, tuvo el interés por aprender el oficio de manera profesional, hasta que ingresó a la Licenciatura en Artes Plásticas con especialidad en grabado, su preparación fue de 1999 al 2005. “Termino la universidad y me voy a viajar para ver si era mi carrera”.
Desde entonces ofreció su trabajo como artista, “era un reto personal, si de esto iba a vivir tenía que hacerlo, así que me fui seis años de Guanajuato, estuve en Nayarit y Baja California”.
Sus primeros años fuera del estado fueron para su propia compresión sobre lo que queria hacer toda su vida. “Fui coordinador del taller de gráfica en Nayarit y Baja California”. Sin embargo, no llenaba sus expectativas. “No me sentía satisfecho, no tenía toda la libertad. Me considero una persona productiva, pienso las cosas y las ejecuto”. Y tomó una desición, renunció a la coordinación y entró de lleno a vivir de su trabajo, es decir ha producir y a vender en las ferias de arte.
Su ya conocido nombre “El pinche grabador” surgió hace más de cuatro años y tiene una historia muy peculiar. Su entonces pareja, también artista de nombre Reyna Sofía, firmaba su trabajo como La Reyna Sofía.
Su idea como artista era tener su propia galería.
¿Cómo lo logró? Con la venta de sus grabados, su constante participación en las Ferias de Arte, “fue de la forma que logre publicidad en la calle; la gente te empieza a ubicar y eso me ayudo mucho”.
Además el equipo no es barato, “el trabajo me ha dado todo lo que tengo aquí, es la recompensa”.
El surgimiento del pinche grabador
De pinche en un taller de grabado a coordinador de talleres . El artista abrió su propia galería