Como todos los domingos, en el atrio de la Basílica, las religiosas ofrecieron exquisitos tamales, la noticia no es que los ofrecieran, ya que todos los domingos lo hacen; la diferencia fue que ayer ¡los regalaron!.
A las 10 de la mañana se instalaron para ofrecer los deliciosos productos, eran de chile rojo y verde, también de dulce; pero al término de la ceremonia religiosa del mediodía decidieron obsequiarlos; ya eran pocos los que quedaban, algo así como 40 o 50; sin embargo, quienes tuvieron la fortuna de alcanzar alguno, de verdad lo disfrutaron.
Niños y adultos de todas las condiciones sociales saborearon el tradicional alimento, sólo bastaba acercarse para que las religiosas obsequiaran alguno; también hubo atole y champurrado.
En unos cuantos minutos se agotaron las reservas, pero el tiempo bastó para que las monjas convivieran un poco con los feligreses y así festejar el día de La Candelaria.
Al saborear los tamales , entre la plática se recordó que gran parte de la cocina mexicana nació en los conventos, ejemplo de ello son: el mole, los chiles rellenos y el rompope.
En esta ocasión, las religiosas demostraron que también saben elaborar los tradicionales tamales.
¡Pásele, pásele, sí hay!
Al finalizar la misa de mediodía, las religiosas los regalaron