Desde que era niño, Erik Arias Guillén soñaba con subirse a una ambulancia para manejarla y ayudar a las personas.
Con el paso del tiempo fue creciendo con la idea, pero nunca se imaginó que una crisis económica y mala racha sin empleo lo llevara a convertir su sueño realidad.
Actualmente es operador de la unidad 199 de la Cruz Roja, donde ya tiene alrededor de tres años y medio ayudando a los capitalinos.
“Desde que era muy pequeño miraba pasar las ambulancias muy rápido con las sirenas prendidas, me llamaba mucho la atención subirme a una y manejarla por todo Guanajuato, ir a lugares a recoger personas que necesitaran ayuda, nunca me imaginé que esa fantasía se convirtiera realidad, de lo cual estoy muy feliz y orgulloso por ser parte de Cruz Roja”, dijo Arias Guillén.
Su hermano junto con su amigo, que desde hace 10 años forman parte del cuerpo de socorristas de esta institución, le dijeron que necesitaban conductores de ambulancias por lo cual fue y consiguió el trabajo de inmediato.
Al iniciar como operador de ambulancia, su familia lo apoyaba pero cuando se dieron cuenta que a este trabajo habría que dedicarle el mayor tiempo posible ya no quisieron que fuera porque no estaba con ellos.
Con el trascurso del tiempo lo asimilaron, ahora ya no quieren que deje la Cruz Roja, la cual es como su segunda casa.
“Fue muy difícil al inicio, el perder el miedo a manejar rápido sabiendo que llevo en mis manos la vida de mis compañeros y del paciente, con la familia al dejarlos mucho tiempo, entre otras cosas, hoy ya está todo bien por lo cual me da mucha alegría”, explicó Erik.
“En mi trabajo me gusta mucho ayudar a las personas, así como a mis compañeros con los que convivo mucho tiempo y los considero como otra familia”, agregó.
Erik Arias lleva puesta la camiseta roja a diario, con la cual se ha identificado y apasionado desde que era niño, piensa ser operador de unidades de rescate para toda su vida, y hasta que el cuerpo se lo permita.
Además de haber encontrado amigos en su trabajo, también encontró muchos valores que lo han trasformado en otra persona positiva, consiente para valorar la vida gracias a los cientos de accidentes a los cuales ha acudido a brindar ayuda.
Una de sus anécdotas que no olvida es la ocasión que fue por una persona de la tercera edad la cual estaba en estado de salud grave, la trasladarían al Seguro pero durante el trayecto murió, eso le impactó mucho porque no llegó a tiempo al nosocomio.
Muy feliz, con mucho entusiasmo seguirá trabajando Erik, manejando la ambulancia a su cargo para llegar a cada rincón de Guanajuato para salvar vidas.

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