Después de dos días de manifestación consecutivos, los trabajadores mineros empezaron a desesperarse, temen que “su problema” no tenga solución; los mismos que estuvieron en la manifestación del martes en Palacio de Gobierno, marcharon ayer.
Ya son tres días y probablemente hoy el cuarto día que no vayan a trabajar, aunque muchos siguen saliendo de sus casas con su “lunch” como si fueran a hacerlo, con sus botas de trabajo, casco minero y casaca de colores, la realidad es que al llegar a la Mina de Cata, se encuentran con que no pueden entrar otra vez, ya quieren regresar a sus labores, temen perder su empleo.
Ayer, poco antes de las 12 del día que llegaron a Palacio de Gobierno, después de haber marchado desde la mina por las calles de Guanajuato, esperaron y esperaron, se ponían de pie cuando salía uno de sus líderes a anunciarles algo, pero el mensaje era el mismo; “en 10 minutos nos atienden”, les decían. La espera seguía.
“Ya tenemos hambre, estamos sin desayunar y no nos dan solución, lo único que queremos es que saquen a los supuestos ex cooperativistas y nos devuelvan nuestro trabajo”, comentaban los mineros.
“Tráiganse sus casas de campaña porque esto va para largo”, comentaban otros de los mineros.
Los líderes pedían una audiencia con alguien de Gobernación para que los atendiera, pero pasaron horas y nadie los atendió.
“Los jefes de la empresa ya están viendo el asunto, con los de Gobierno y con los ex cooperativistas, van a llegar a un acuerdo, nosotros tenemos que esperar”, decía otro de los líderes a los mineros que se desesperaban por falta de respuestas.
Personal de la empresa minera salió de Palacio de Gobierno y antes de marcharse casi corriendo para no ser cuestionado, les dijo que el viernes es día de paga y quién sabe si les pagarán, pues los datos, los papeles, todo está revuelto, aseguró.
Tras este anuncio, un grupo de mineros se separó de la manifestación y empezó a discutir sobre si se les pagarán los días caídos y los que han trabajado, se molestaron y el grupo se separó por un instante, pero luego les anunciaron que no habrá ningún problema con su pago.
Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado resguardaron las entradas con uniformes de granaderos, enfrente otra comitiva de policías municipales y agentes viales vigilaban el movimiento. A las 2 de la tarde llegaron “las tortas”, pero para los policías, los mineros bromearon y gritaron: “Ya llegaron las tortas, eh, eh, eh, dénme una que ya tengo hambre”. Un puesto de garbanzos y uno de guacamayas cercanas fueron la opción para algunos. “Pues creo que otra vez no vamos a trabajar, deja me como mis tortas que me echaron”, decía otro minero.
Un par de mineros traían una pistola de plástico, que fue vista por elementos de seguridad municipal que resguardaban la zona, por lo que corrieron para verificarla, pero sólo fue el susto.
La espera duró más de lo que pensaban, pero el temor de perder su única fuente de empleo fue mayor y esperaron. Alrededor de las 3:20 de la tarde el Secretario de Gobierno salió por el estacionamiento de Palacio de Gobierno con todo y “guaruras” en una camioneta guinda, y aunque los mineros bloquearon la salida por unos cinco minutos, el Secretario les mandó decir que lo dejaran salir, pues a donde iba, era precisamente a arreglar su problema. Le abrieron paso. “¡No vas a arreglar nada, vas a comer, pues nosotros también tenemos hambre!”, le gritaron los mineros. Ni el Secretario, ni nadie salió y los mineros tuvieron que retirarse alrededor de las 5:00 de la tarde, con la esperanza de que hoy sí se solucione el problema y puedan entrar a la mina a trabajar.
Mineros de Cata están desesperados
Al llegar a la Mina de Cata, los trabajadores se encuentran con que no pueden entrar y temen perder su empleo.