La historia; la arquitectura, novedosa para la época en que se construyó; el mérito de ser el primer panteón civil de la ciudad, y lo que ha significado para este panteón ser el ‘creador’ de las famosas Momias de Guanajuato, se recogen en el primer libro ‘Panteón Municipal de Santa Paula y sus célebres huéspedes’, escrito por Manuel Sánchez Martínez, profesor e investigador de la Universidad de Guanajuato.
“El libro trata de hacer una reflexión sobre el cementerio como patrimonio y sus huéspedes, a diferencia del cementerio nuevo, donde no hay nada, no hay monumentos, desprovisto de las características del cementerio del siglo XIX.
“Es el primer libro sobre el panteón, es una investigación de varios años. Yo pensé que me iba a llevar seis meses, pero ya llevo tres años”, afirmó su autor.

El primero civil y moderno
Refirió que el Panteón de Santa Paula inició su construcción el 5 de octubre de 1853 pero se suspendió varias veces por falta de dinero. Su fachada diseñada especialmente para cementerio, con 11 calaveras.
“Es un cementerio parisino, que son ajardinados, con árboles, aireados, es la nueva idea. La fachada amurallada, pero sin grandes avenidas, sino callejones. Porque se tomó el modelo parisino, la idea del paisaje integrado, nosotros le llamamos la ciudad de los muertos que mira a los vivos.
“Fue una obra municipal porque fue el primer panteón de la ciudad, el primero fuera de la ciudad y fuera de las iglesias, lejos. La estación del ferrocarril se construyó 50 años después.
“Fue el primer panteón civil, se puso para los pobres, no católicos, porque en las iglesias sólo se sepultaban católicos, sacerdotes y gente rica”.
El investigador recordó que cuando iban a sepultar el primer cuerpo en Santa Paula, fue de Don Francisco Centeno, quien trabajaba en la jefatura política, pero había pedido que no lo enterraran ahí, sino en el Templo de la Compañía. “No quería irse allá porque no era una tierra Santa”.
Sus familiares hicieron el funeral en Santa Paula pero llevaron la caja vacía y en realidad enterraron al hombre en donde había sido su deseo. El engaño se descubrió cuando alguien quiso ver el cuerpo y no estaba.
Esta transición de los camposantos religiosos a los modernos panteones trata el primer apartado del libro. Su origen, historia y las primeras transformaciones son abordadas en el segundo apartado.

Momias por accidente
En el siglo XX, el panteón tuvo una pequeña capilla. Ahí se exhibió el primero cuerpo momificado que se sacó del mismo panteón, fue Remigio Leroy, un francés del que se desconoce su historia, sólo se sabe que nadie reclamó su cuerpo.
Lo sacaron en 1870, su cuerpo estaba casi intacto, después de cinco años. “Lo sacaron porque no pagaron la perpetuidad”.
Y fue así, de manera accidental, como aparecieron las momias, refiere Manuel Sánchez. La exhumación se hacía de forma clandestina y por la misma razón que el primero, fueron sacando otros cuerpos que también estaban momificados, así que los veladores empezaron a exhibirlas.
“Hasta los 60’ empezó la idea del Museo de las Momias, porque era tanta la gente que iba a verlas, que ya el panteón resultó insuficiente.
El tercer apartado aborda esta aparición del primer cuerpo momificado.

‘El Santo Contra las Momias’
El cuarto apartado estudia la película ‘El Santo Enmascarado de Plata Contra las Momias de Guanajuato’, filmada en 1970 y dirigida por Federico Curiel, que dio fama a la ciudad.
“Consideramos que el filme fue propulsor del movimiento turístico moderno que se avecinaba. La película llegó a Sudamérica.
“Muestra a la ciudad preturística, va preparando el escenario. Se vuelve muy serio porque se ven las momias en las vitrinas y se vuelve chusca porque son seres vivientes”.
El mes pasado, Manuel Sánchez entregó el texto del libro para corrección de estilo, posteriormente vendrá la etapa de gestión ante la Universidad de Guanajuato.

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