En el Día de la Santa Cruz cientos de capitalinos participaron en la multitudinaria misa en la Plaza de la Paz, presidida por el Abad capitalino, Juan Rodríguez Alba, quien oró para que siempre haya trabajo.
Como desde hace 45 años, cientos de trabajadores de la construcción acompañados de sus familias se congregaron en el Jardín del Cantador, para marchar a la Plaza de la Paz y participar en la ceremonia religiosa.
Un viento frío, el sonidos de las bandas de viento, los cohetes que tronaban en un cielo azul, fueron las constantes en este festejo donde participaron desde recién nacidos hasta personas de la tercera edad, todos cargaban su cruz adornada por infinidad de flores.
En su mensaje desde las puertas de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, el Abad pidió porque haya más oferta laboral para quienes laboran en el ramo de la construcción.
“Cristo nos invita a cargar su cruz, la cruz de serle fieles, seguir su voluntad, vivir su palabra, su evangelio y de nuestras familias y trabajos cansancios y sudores.
“Hermanos penas de todos los días, hay que llevarla con fe, nunca renegando, siempre ofreciéndola por la salvación del mundo”, comentó el Abad.
También llamó a los fieles a pedir porque haya trabajo, que haya obras y por los inocentes que llevan más pesadamente la cruz de Cristo.
Mientras el Abad presidía la misa, los cohetes en todo lo alto nunca dejaban de sonar, en Guanajuato se vivía una fiesta. Entre los presentes acudió el alcalde Luis Gutiérrez Márquez.
Al final de la ceremonia religiosa se dio la bendición a todas las cruces, las cuales fueron llevadas a los sitios donde se hacen obras para pedir por la protección de quienes se dedican a una de las actividades más riesgosas como es la construcción.

Cruz de más de 100 kilos

Una cruz elaborada con material reciclado sobresalió en este Día de la Santa Cruz, su peso superó los 100 kilos.
Greek Zúñiga y trabajadores de la construcción laboraron un mes para pegar láminas y placas, al final quedó una cruz artesanal donde muchas personas se tomaron la foto del recuerdo en la Plaza de la Paz.
“Duramos un mes, el peso es de aproximadamente 100 kilos, es una cruz que hicimos con todos mis trabajadores”, refirió Greek Zúñiga.
Para cargar la cruz se necesitaron varias personas quienes al final coincidieron en sentirse muy bien, por hacer una pieza irrepetible.
Sobre las tradiciones de Guanajuato, Greek Zúñiga comentó que en el Día de la Santa Cruz se vive una fiesta especial por eso dedicaron un mes en hacer una cruz con piezas de fierro que fueron recicladas.
La cruz se colocó frente a la entrada de la puerta principal de la Basílica, junto a otra de menor tamaño también creada con piezas de reuso, las cuales fueron admiradas por los trabajadores del ramo de la construcción.

Festejan sin trabajo

Ya no hay trabajo porque no hay obra pública, tampoco obra privada, sin embargo, la Plaza de la Paz se llenó, como pocas veces; unas 2 mil personas participaron en la celebración religiosa por el “Día de la Santa Cruz”, o el “Día del Albañil”, como mejor se conoce.
“Ya no hay ‘jale’ como antes, pero estamos aquí por tradición, por gusto”, dice Pedro Guerra Tavares, trabajador de la construcción, que desde hace 30 años asiste con puntualidad a la misa de las 8 de la mañana. Ayer, se levantó a las 5 y media, se vistió lo mejor que pudo; a las 7 compró flores para arreglar una crucecita de madera, y al cuarto para las ocho ya estaba en la Plaza de la Paz, con apretujones se abrió paso para “estar lo más cerca posible” del altar instalado frente a la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato.
Esta vez se trajo a su hijo y a su nieto, “porque la tradición hay que perdurarla, que no muera, yo quiero que mi nieto, cuando sea grande, y aunque él para ese entonces no sea albañil, recuerde con gusto que su abuelo lo traía al festejo”.
Pedro abuelo, Pedro hijo y Pedro nieto estuvieron, “felices por ver a tanta gente, que al igual que nosotros, se ve muy a gusto”, pero su alegría fue aún mayor cuando al término de la ceremonia, se acercaron para recibir el agua bendita que refrescó sus rostros.
Ernesto Ramírez Gutiérrez es un joven que apenas lleva 2 años en el oficio; por el momento no tiene “chamba”, pero no pierde el entusiasmo de conseguir alguna. “Está re difícil encontrar trabajo porque no hay obras en Guanajuato y como los materiales están muy caros, la gente no tiene dinero”.
“A veces me han contratado para realizar trabajos leves, son puros detalles, y en caso de que no consiga algo mejor, volveré a ser panadero”.
Juan Roberto Morales tiene 30 años de ser albañil y carpintero, “son oficios que me llenan totalmente, los hago con gusto, con pasión”, dijo, al tiempo que abrazaba una cruz de casi 2 metros, construida por él mismo. La elaboró con madera sobrante de las construcciones donde ha laborado, pero no es una cruz cualquiera porque tiene detalles labrados con pasajes de la vida de Cristo.

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