Mejor conocido como “Acuario”, su nombre de batalla, Rafael Vargas es el coordinador de servicios de la Cruz Roja, y cuenta su historia; entró a los 8 años a la Cruz Roja, antes había un grupo juvenil donde los niños podían “iniciarse” como socorristas o paramédicos.
“Yo vine sólo a preguntar, luego les dije a mis papás, no querían, pero de tanto insistir, pues ya vinieron y nos dieron una hoja de requisitos, esto es algo con lo que se nace, no sé bien qué fue lo que me impulsaba, ayudar creo, no sé, me gustaba todo y ya tengo 32 años aquí”, platicó.
Recuerda que cuando era niño, un Día de Reyes, le regalaron una ambulancia y jugaba a que la ambulancia recogía a los heridos, los iba metiendo a la ambulancia a todos sus muñecos, “me gusta mucho ayudar a las personas”, dice convencido.
“En aquél tiempo no nos podíamos subir a la ambulancia, pero clasificábamos ropa, medicamento, íbamos al asilo de ancianos”, contó, también recuerda que se subía a las ambulancias a veces para ir a los servicios y sus mayores no se daban cuenta, cuando lo descubrían lo regañaban por el riesgo que podía correr.
Fue hasta los 17 años que pudo subirse a la ambulancia, pues ya tenía años de preparación, observación y muchas ganas de ayudar.
Cuenta que el trabajo de un paramédico siempre es satisfactorio, aunque tenga que dejar todo su esfuerzo, sus ánimos, sus ganas, a la familia en casa y preocupados por ellos.
“Algo de lo bonito es cuando las personas te dan las gracias, a veces vienen las personas que uno ayudó, no saben quién los ayudó, pero dicen; oye quisiera saber quién es la persona que me atendió tal día, en tal accidente, y les dan las gracias”, platicó.
Contó que en el trabajo de los paramédicos, el sentido de la vida y de la muerte es diferente, porque se cuida más, porque tienen más precauciones en su vida cotidiana y con su familia.
Contó que ha habido durante su trayectoria tres momentos muy emocionantes; la primer cuando fue el Mundial en México 86, los llamaron y estuvieron en los hoteles donde estaban los jugadores de varia partes del mundo, les daban información y los apoyaban.
La segunda ocasión fue cuando vino el Papa Juan Pablo II, estuvo en San Juan de Los Lagos, pero apoyó Guanajuato, y la tercera fue cuando vino Benedicto XVI, “tuvimos mucho trabajo desde un mes antes, hicimos recorridos por donde iba a estar el Papa, checar canales de comunicación y establecer rutas de emergencia por la subterránea y calles de Guanajuato para trasladar a las personas”.
Festejan Día del Socorrista
El 24 de junio de 1859, hace 155 años, se enfrentaron los ejércitos de Napoleón III y Víctor Emanuel II contra el ejército austriaco de Franz Josef I, los escritos señalan esta batalla como una de las más crueles de la Segunda Guerra de Independencia de Italia, con más de 20 mil heridos y más de 5 mil muertos.
Según la historia, esta fecha, el 24 de junio, “se creó para conmemorar la Batalla de Solferino, cuyas consecuencias y secuelas fueron observadas por con el fin de atender a las víctimas de la guerra sin ninguna discriminación, donde también se propuso el establecimiento de Códigos de respeto por la vida”, cita un artículo publicado por un diario de Michoacán.
Ahí fueron los orígenes de la Cruz Roja.