Las ruinas con más de 200 años de antigüedad que se descubrieron tras las excavaciones que se realizan para construir la Plaza Cantador no fueron ni un rastro, ni un puente, aseguró el titular de Obras y Proyectos Civiles, Guillermo Smith Guerrero.
Explicó que se trata de arcos que fueron parte de un proceso constructivo antiguo, en el que por falta de equipo de bombeo, se construía un pilar y ahí se apoyaba un arco para evitar trabajar en niveles freáticos, pues estaban destinados a permanecer bajo tierra.
Smith Guerrero envió un escrito al titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio Tovar Alvarado, donde asegura que todas las ruinas encontradas pertenecen a construcciones de los siglos XVIII y XIX.
Y es que por toda esta zona de la calle Miguel Hidalgo y el Jardín del Cantador, por los siglos ya descritos corría un río, que era cruzado por el puente conocido como “Ave María”.
Smith Guerrero descartó que en el lugar hubiera existido un rastro, ya que éste se instaló en la zona, pero en los terrenos que hoy ocupa un hotel.
Desde su punto de vista, las viejas construcciones encontradas en el lugar, deben ser integradas al proyecto, pues permitirían contar con mejores condiciones de cimentación.
Por su parte, el alcalde Luis Fernando Gutiérrez dio a conocer que para decidir el valor de la construcción y poder recuperarlo van a intervenir expertos en conservación.
“Los expertos ya van a intervenir para que se decida el valor primero de esto y recuperarlo para utilizarlo como conservación”, dijo.
Explicó que de acuerdo con la antigüedad de los vestigios, esa era la manera en cómo se construía, es decir, a base de arcos que bajaban a dos columnas para soportar los muros.

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