Luego de salir de Guanajuato a finales de 1935, finalmente los mineros llegaron a la Ciudad de México el 29 de febrero de 1936.
Siendo Lázaro Cárdenas del Río, Presidente de la República, le expusieron el problema y lograron que se constituyera la Cooperativa Santa Fe de Guanajuato Número 1, por decreto. Pero fue hasta 1939 que se firmó el Acta Constitutiva en el Teatro Juárez.
Entonces la mina pasó a manos de los trabajadores de la sección 4 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, quienes constituyeron la Sociedad Cooperativa Minero Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato, Número 1; fue la primera.
70 AÑOS DE ANTIGÜEDAD
Los socios poseen un libro engargolado donde aparecen copias de documentos que deben tener por lo menos unos 70 años de antigüedad, ahí están registrados los nombres de 2 mil 880 ex mineros, quienes dicen fueron los fundadores de la cooperativa.
“Con ayuda del entonces Presidente de la República, el Generalísimo Lázaro Cárdenas del Río”, cita Jesús Solís, otro de los socios, apuntando su dedo índice al cielo, ellos platican que en ese libro están anotados y reconocidos todos y cada uno de los miembros de la Sociedad Cooperativa. Su aportación era de 25 pesos a la semana.
En ese tiempo, las minas pasaron a ser propiedad de la cooperativa, quienes llegaron a tener un patrimonio de más de un millón cien mil hectáreas. Además, contaban con el Hospital Sr. de Villaseca (donde se atendían los mineros), el Instituto (secundaria y preparatoria) Francisco Montes de Oca (ahora conocido como El IMO), un taller de platería, cerámica y un local comercial en San Miguel de Allende, entre otros bienes.
“Cuando hace esto Lázaro Cárdenas, los estadounidenses quisieron salir del País pero Lázaro Cárdenas no los dejó y contaba mi abuelo que les dice: vayan y háganlo realmente como es”, platica Jesús Solís, y fue cuando firmaron cediendo los 37 fundos mineros a los cooperativistas.
Algunas de las minas son: Primera Ampliación de San Antonio, El Progreso, La Chuparrosa, El Socavón de la Fe, San Pedro Timonero, San Anton (vendida), Robledo, Primera Ampliación de Cubo, El Zapote, La Cañada de la Virgen, que es la que están trabajando actualmente.
La Mina era Valenciana, Cata es la que está considerada la más productiva del mundo, tiene mucho oro y mucha plata.
La mayoría de las personas que se dicen socios de la Cooperativa Minero-Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato Número 1, Sociedad Comandita Limitada (S.C.L), son mineros de tradición, son hijos y nietos de los mineros que participaron en la lucha por obtener la cooperativa, otros más son parientes de los ex socios, muchos ya murieron.
VENDIERON LAS MINAS
El 19 de julio del 2005 se llevó a cabo una asamblea donde los directivos de la Sociedad Cooperativa Minero-Metalúrgica tomaron la decisión de vender pero sin tomar en cuenta a los demás socios, según cuentan miembros actuales de la cooperativa.
De acuerdo con los socios, ni la mitad de los cooperativistas estuvieron de acuerdo en la venta, por lo que solicitaron una segunda asamblea, que se llevó a cabo en la Mina de Cata, ahora sí para que acudieran todos los socios pero les cerraron la puerta en la cara, los directivos llevaron a cabo solos la asamblea y vendieron.
“Esta asamblea ellos ya la tomaron como venta pero nosotros decimos que está mal, pues los directivos dijeron que en las minas ya no había nada, eso no era verdad, por eso no nos dejaron entrar, para que no habláramos”, contó un socio activo que prefirió omitir su nombre.
“En la segunda asamblea nos cerraron la puerta en la cara, ahí afuera de Cata estuvimos, les dijimos de cosas y casi derribamos la puerta pero no nos escucharon y vendieron a El Rosario, pero ellos son los prestanombres de los canadienses”, dijo otro socio activo.
Los cooperativistas platican que las asambleas las hicieron a puerta cerrada y los directivos que estaban en el 2005 fueron quienes tomaron la decisión de vender las minas, supuestamente porque ya no tenían oro ni plata.
“Por ley, las sociedades cooperativistas no se pueden vender a un extranjero, ésta se le vendió a un mexicano pero era un prestanombres, se supone que eso está penadísimo que sean prestanombres, y así lo han hecho, y todos lo saben, el Gobierno lo tolera, ellos mismos son los que están mal”, manifestó el socio.
PRESENTAN DEMANDA CIVIL
En noviembre del 2005, los demás socios presentaron una demanda civil “por la venta ilegal de 30 fundos para evitar que se malbaratara su patrimonio, en una operación que consideraron fraudulenta y que fue armada por la transnacional canadiense Great Panther Silver, para despojarlos de más de 30 fundos mineros ubicados en Guanajuato”, cita la demanda.
En octubre del 2005, en la escritura número 1248, de la cual AM Express tiene copia, el notario público Andrés Guardado Santoyo, dio fe de la compra-venta del predio Hacienda de Bustos o Mina de Cata. Quienes comparecieron como vendedores fueron: Pablo Olmos Morales, Daniel Miramontes Pérez, Juan Socorro García Granados, Lourdes Dávila Coss, Clemente Olmos Jasso, Ramón Juárez Rosas y Ma. de la Luz Hernández Salcedo, directivos de entonces, algunos aún trabajan para las minas. Vendieron a la Empresa Mercantil denominada Minera Mexicana El Rosario Sociedad Anónima de Capital Variable.
Según la misma escritura, el precio total de la compra fue de 9 millones 726 mil 379 pesos que pagaron por el precio solo de la construcción, sin considerar la mina, incluso fue vendida como ‘habitacional’.
Tras la venta, con el dinero se pagaron algunas deudas y fueron liquidando a los ex socios, aun después de que les prometieron darles trabajo a todos.
Contaron que sus familiares están vetados en las minas, “a ninguno le dan trabajo, ni a nuestros hijos o hermanos, a nadie, ven el apellido y les dicen que no hay, ninguno de nuestros familiares puede acercarse a las minas”, aseguró otro socio.
Se constituye la cooperativa Segunda Parte
Tras realizar la Caravana del Hambre, los socios mineros expusieron su problemática ante el Presidente de la República, Lázaro Cárdenas, y lograron qu