Usuarios, comerciantes y vecinos de la zona de Embajadoras, donde el gobierno municipal realiza obras para la rehabilitación y conservación del lugar, aseguraron que los trabajos los dejarán sin espacio para estacionamientos públicos y banquetas.
El malestar ha ido en aumento en fechas recientes, debido a que los comerciantes resienten fuertes pérdidas en sus ventas, mientras que los usuarios cada vez sufren más incomodidades para acceder al que es considerado el segundo centro de abasto más importante de la ciudad.
Además, los vecinos de la zona se quejaron de la falta de espacios para banquetas y estacionamientos públicos, pues con las nuevas obras se han anulado varios lugares que funcionaban para esos fines.
Incluso algunos comerciantes señalaron que la gente cada vez va menos, sólo los fines de semana sube la presencia de visitantes, por lo que sus ventas se han retraído hasta en un 30 por ciento.
“Desde que las obras iniciaron he dejado de vender y las ventas se han venido abajo a lo mejor hasta un 30 por ciento, ojalá y sí de veras terminen para el 28 de septiembre”, dijo Marco Antonio, vendedor de ropa.
Las obras de rescate y conservación del Jardín de Embajadoras, según la Dirección de Obras Públicas municipales, llevan un avance cercano al 70 por ciento y es muy probable que sean entregadas para el 28 de septiembre, fecha prevista por las mismas autoridades.
No llegan proveedores
Usuarios aseguraron que las obras han ocasionado que muchos de los proveedores que abastecen a las tiendas del lugar dejen de acudir, por las complicaciones que representa el descargue de los productos, lo que ha ocasionado que algunos comiencen a escasear.
“Hay productos que no se encuentran muy fácil y se debe a que como no hay espacio para estacionarse, los proveedores prefieren no venir y lo malo es que hay que ir a otro lado a buscarlos”, dijo Elizabeth, una madre de familia de Pastita que acostumbra surtir su canasta básica en este mercado.
Entre los vecinos de barrios y callejones como Pastita, El Chan, El Espinazo y otros cercanos, el malestar por la obras ha aumentado pues ya no disponen ni dispondrán de espacios para estacionamientos públicos y banquetas.
“Ya quitaron el espacio donde dejaban las motocicletas y por lo que se ve las banquetas van a estar muy chicas y seguramente serán ocupadas por comerciantes que dejarán muy poco espacio para pasar”, dijo Elena, vecina de Embajadoras.
Por ahora, en la zona se mantiene la maquinaria pesada y un grupo de unos 30 trabajadores que dan forma a las obras de rehabilitación, donde el gobierno municipal invierte 15 millones de pesos.