Hace 30 años no era más que un simple asentamiento humano ubicado entre la zona de Marfil y Yerbabuena pero hoy se ha convertido en el único espacio disponible para el desarrollo urbano pese a no formar parte del polígono de Patrimonio Cultural de la Humanidad y no contar con un solo atractivo turístico en sus más de 1 mil 400 hectáreas de superficie.
Y no es una colonia popular más, ni tampoco una comunidad rural más de los 204 existentes en el municipio, se trata de la única zona de la ciudad a donde puede orientarse el crecimiento de la mancha urbana y donde actualmente radican unas 65 mil personas, en al menos 40 colonias populares y media docena de comunidades rurales.
SIN ATRACTIVOS TURÍSTICOS
Es la zona Sur de la ciudad, la cual no existe en los catálogos de patrimonio de la humanidad, ni tampoco en los mapas turísticos de la ciudad, pues en ella no hay ningún tipo de atractivo, ni muchos planes y proyectos para detonar su crecimiento.
En el lugar sólo existen miles de casas habitación, lotes comerciales, negocios y todo tipo de establecimientos, rodeados de nuevas colonias con un crecimiento demográfico sostenido, donde incluso se carece de plan de ordenamiento territorial que norme hacia dónde y en qué condiciones debe crecer la ciudad.
SIN PAVIMENTACIÓN
Para llegar a estos lugares hay que recorrer vialidades muy distintas a las de la zona Centro, hechas a base de pórfido y adoquín; aquí las calles que no son de terracería están llenas de baches y en un pésimo estado.
Los habitantes de estas colonias han tenido que aprender a vivir en medio de múltiples carencias, sobre todo en materia de servicios públicos, transporte, vigilancia y seguridad.
En la zona, según la propia Dirección de Desarrollo Urbano municipal, sólo el 38 por ciento de las vialidades están pavimentadas, el resto están en las mismas condiciones o peor que hace tres décadas.
ZONA INSEGURA
Servicios como luz eléctrica, agua, drenaje y transporte público son aceptables pero el vecindario ha sido invadido por la violencia y la inseguridad, pese a que en la zona se ubican el cuartel general de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE), la Comandancia zona sur de la Presidencia Municipal, un destacamento del Ejército Mexicano y la Subprocuraduría de Investigación Especializada (SIE).
Incluso los mismos vecinos se han organizado para prevenir la proliferación de actos delictivos y han conformado comités de vecinos para suplir las deficiencias en materia de seguridad.
Sin embargo, negocios, establecimientos y en especial casas habitación, no se escapan de los delincuentes, que ante la falta de vigilancia cometen con toda impunidad robos, asaltos y todo tipo afectaciones y daños.
La misma Dirección General de Seguridad Ciudadana reconoce que en la zona a diario se denuncian al menos cuatro delitos, entre asaltos violentos a personas, casa habitación y comercios.
OTRA CIUDAD DENTRO DE LA CAPITAL
Su población actual, calculada por autoridades municipales en 65 mil habitantes, que han ocupado cerca de 1 mil 400 hectáreas, no ha sido suficiente para que en tres largas décadas, se haya impulsado algún proyecto que le permita estar a la par con la zona Centro.
Y es que en toda esta vasta extensión no hay un solo atractivo turístico, no hay edificios, ni monumentos históricos, menos museos, tampoco plazas, plazuelas y jardines.
No hay tampoco espacios para la práctica deportiva y actividades recreativas, por lo que cerca de 13 mil jóvenes de entre 12 y 22 años tienen pocas opciones para el libre esparcimiento y diversión.
A lo más que se llega es a una unidad deportiva, recientemente bautizada como ‘Arnulfo Vázquez Nieto’, la cual luce tan descuidada que sólo es utilizada los fines de semana por la Liga Municipal de Futbol de Guanajuato, pues a lo largo de la semana luce sola.
Los espacios deportivos se reducen a canchas de usos múltiples pero tampoco hay muchas y sólo algunas colonias son privilegiadas de contar con una; entre ellas Lomas de Cervera, Villaseca, Campanario, Las Teresas, El Edén y Valle de San José.
Las alternativas de educación y empleo también son escasas en comparación con la demanda y la gente logra emplearse sólo en talleres de oficios como carpintería, herrería, mecánica automotriz, albañilería, entre otros.
SERVICIOS DEFICIENTES
Servicios públicos como el alumbrado público son deficientes y sólo unas cuantas colonias cuentan con el servicio, mientras que la recolección de basura es deficiente a grado tal que los cerca de 50 contenedores de la zona y la estación de transferencia recientemente puesta en marcha no se dan abasto y siempre lucen saturados.
No hay servicio de limpia y barrido de calles como en la zona Centro pero a los residentes se les ha obligado a separar la basura y entregarla personalmente al camión recolector como ocurre actualmente en Mártires 22 de Abril, Campanario, Villa Santa Fe, Balcones de Santa Fe y Paso del Norte.
EL FUTURO NO ES PROMETEDOR
A la falta de interés de parte de autoridades para llevar la infraestructura básica para elevar el nivel de vida de quienes viven en esta zona de la ciudad, se agrega la ausencia de planes y proyectos para normar y reglamentar el desarrollo urbano que marcha de manera imparable,  sobre todo acabando con el entorno ecológico de la zona.
Y es que zonas que alguna vez rebosaron de plantas, animales y humedad, ahora son ocupadas por áreas habitacionales, calles, vialidades y construcciones de las que se desconoce si se cuenta con autorización.
Ni las mismas autoridades saben la cantidad de calles, vialidades y asentamientos humanos existentes, sobre todo porque es tal el descontrol, que a diario se conoce de nuevas invasiones y ocupaciones pero con todo y ello se toleran.
Lo que sí es seguro es que el crecimiento no se va a detener y más cuando es la única alternativa para el desarrollo urbano de una ciudad, que ahora está dividida en dos grandes zonas: Centro y Sur, donde las diferencias son tan marcadas que no hay comparación entre una y otra.
En el Sur se vive en medio de carencias de las más elementales y aunque en el Centro también existen, no se comparan con las que ahí se tienen, donde crece el futuro de Guanajuato con jóvenes que carecen hasta de espacios para la práctica deportiva y actividades de recreación, mientras las autoridades sólo atinan a señalar que no hay recursos públicos para atender las carencias.

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