Inmersos en la época de las telecomunicaciones y los diversos dispositivos de alta tecnología que los han relegado y marginado, los carteros siguen adelante con su labor de entregar correspondencia y mantener vivo un trabajo que pese a todo sigue siendo necesario e indispensable.
Todos los días, con excepción del domingo, que es el día de descanso, René se levanta temprano para presentarse a las 8:00 horas en la oficina de Correos, ubicada a un costado del Templo de la Compañía, para iniciar una actividad que habrá de terminar hasta las 4:30 de la tarde.
Junto con otros nueve compañeros que tienen por obligación dar cobertura a la zona Centro de la ciudad, recorren las calles y callejones para entregar a la puerta de hogares, negocios y oficinas correspondencia y paquetería.
Con todo y la era de Internet, las telecomunicaciones de última generación y el correo electrónico, los carteros han sabido cómo mantener vigente su trabajo, en especial porque al entregar la correspondencia sienten la plena satisfacción de haber cumplido con su trabajo.
“Es cansado porque tienes que subir y bajar callejones, recorrer las calles y muchas veces no es fácil ubicar el número de los domicilios, pero es un trabajo que hago con mucho gusto”, dijo.
Desde hace 22 años, René ha desarrollado esta actividad que es muy reconocida por todas las personas, sobre todo porque en muchas ocasiones son portadores de buenas noticias, aunque en otros no son del todo.
“Seguimos entregando correspondencia a oficinas, casas, negocios y paquetería. Los apartados postales siguen funcionando, pero ya no igual que antes”, afirmó.
Su trabajo en una ciudad como es Guanajuato resulta muy importante, sobre todo porque hay sitios a los que sólo se puede llegar caminando, pese a que se auxilian de motocicletas y otros vehículos para cumplir en menos tiempo sus deberes.
Precisamente el pasado miércoles se celebró el Día del Cartero y aunque todos los que laboran en la oficina de Correos no tuvieron un festejo en forma, gustosos acudieron a la misa que se celebró por la mañana de ese día en su honor.
Por su parte, Santiago, que con más de 20 años servicio todos los días se prepara como si fuera el primero para ir de puerta en puerta para entregar los sobres con la correspondencia, señaló que la gente sigue recurriendo a este servicio.
“Aquí en el Centro somos diez los carteros y hay otros cuatro en Marfil para atender la zona sur y con eso cubrimos la ciudad, todos trabajamos duro”, aseguró.
Señaló que una labor como ésta no puede ser rutinaria, ya que cada día se recorre un lugar distinto y se llega a otros a donde acuden poco, pero que es necesario estar ahí.
“Lo mismo puedes llegar a la zona más alta de la ciudad que a la más baja, pues el correo sigue siendo un medio de comunicación muy efectivo y al que la gente sigue recurriendo”, expresó.
En pleno Siglo XXI y con la era tecnológica más avanzada de que se tenga memoria en la historia de la humanidad, estos hombres con su esfuerzo evidencian que hay formas de comunicación que no serán dejadas, ni olvidadas, pese al avance de la ciencia y la tecnología.
Son muchas las generaciones que han sido testigos de su labor callada, pero efectiva, basada en una vocación que tiene sólo como fondo el poder servir a los demás.

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