Hoy termina la fiesta de la Purísima Concepción en el Templo de la Tercera Orden, en Dolores Hidalgo; una tradición obligada para los gremios dolorenses desde hace varias décadas.
Durante 15 días, los comerciantes, alfareros, carniceros, ladrilleros y otros gremios de la ciudad, se reunieron para adorar a la Virgen de la Concepción, con procesiones llamadas Ceras, desde varios puntos de la ciudad hasta el templo.
Anunciados con pirotecnia, los feligreses llegaron cada noche a la parroquia, ubicada entre las calles Puebla y Jalisco, donde también se adora a San Francisco de Asís.
Cada negocio lleva un cirio encendido de un metro de largo, detrás de la Virgen de la Concepción, cargada por miembros del mismo gremio, que la llevan por varias calles hasta el altar del templo.
Ya en el templo, donde los espera una vendimia que se instaló para ofrecer comida y artículos de temporada, se oficia una misa y se quema un castillo de pirotecnia.
La tradición es que los jóvenes caminen alrededor del kiosco del Jardín Compositores donde hace décadas los hombres regalaban flores a las mujeres como un gesto de cortejo.
Cambian tradición
Con el tiempo, las flores fueron sustituidas por serpentinas y desde hace algunos años, éstas han sido reemplazadas por cascarones de huevo rellenas de confeti, o incluso con harina.
La fiesta comenzó el 28 de noviembre y se prolongó hasta hoy, periodo en el que miles de dolorenses de la zona urbana y comunidades, se reunen para adorar la patrona de La Tercera Orden.

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