Desde hace 42 años Lucila Rodríguez Herrera cuida y embellece el altar de la Virgen de Guadalupe, en el Templo de San Roque.
El altar de ese lugar tiene un significado especial, ya que la coronación de la guadalupana en este edificio se dio en el Siglo XIX. “La coronación de Nuestra Señora de Guadalupe fue en 1887, sobre los años que tiene la imagen es algo que desconozco, lo que sí sé es que aquí viene mucha gente a dar gracias”, refiere Lucila Rodríguez.
Para la noche del 12 de diciembre, llegan los feligreses con los mariachis para cantar las tradicionales mañanitas.
Lucila Rodríguez recuerda que al Templo de San Roque llegó en el año de 1972, desde entonces apoya en el cuidado del templo y del altar a la Guadalupana.
“Lo primero que hacemos cuando llegamos al templo, es visitar al Santísimo, hay que saludarlo a él primero”, señala.
A días de festejarse a la Virgen de Guadalupe, Lucila comenta que el 12 de diciembre es una fecha especial, aunque a la Madre de Dios se le quiere y cuida todo el año. Comenta que a diario se encomienda a ella, de quien ha escuchado infinidad de milagros.
“La gente trae sus flores y veladoras con mucho cariño, como agradecimiento a los favores recibidos. Hace poco unos padres de familia le encomendaron a la Virgen a su bebé, quien estaba malito de su corazón, yo conocí a la familia y todo salió bien, así que todavía vienen a dar gracias”, destaca Lucila.

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