Una piñata es una olla de barro o de cartón, adornada de papel de colores, en su interior contiene frutas, dulces u otros premios, se cuelga de una cuerda o algún sitio alto para romperla con un palo, y al lograrlo libera su contenido, dando alegría a chicos y grandes.
El uso de las piñatas, en un principio era de orden religioso, la original tenía la forma de una estrella con siete picos, cada uno representaba los siete pecados capitales y los brillantes colores, la tentación.
Los caramelos en su interior simbolizaban las riquezas del reino de los cielos, con fe y una sola virtud podía vencer el pecado rompiendo la estrella, para recibir todas las recompensas de los cielos.
PARA TODOS LOS GUSTOS
Con el paso del tiempo, el uso de las piñatas se ha diversificado al igual que las figuras, hoy en día podemos encontrar todo tipo de animales, personajes de películas, dibujos animados y otros, intentando satisfacer el gusto de cada persona según sea el festejo.
En México, esta actividad es muy frecuente, se utiliza para fiestas populares, cumpleaños y por supuesto las posadas.
Su elaboración para los novatos puede ser muy compleja, sobre todo cuando están aprendiendo pero para los que ya tienen práctica es muy fácil y rápido, tal es el caso de los habitantes de las comunidades Tierras Blancas y La Angostura.
Estas dos comunidades están juntas, se sitúan a 40 kilómetros de la cabecera del municipio de Romita, a donde pertenecen.
La mayoría de las casas se convierten en talleres de piñatas, algunas familias se dedican todo el año a su elaboración; en otros casos, las familias comienzan en el mes de septiembre, todos con la intención de tener un buen ingreso económico.
Con el dinero obtenido de la venta, los productores aseguran que es la única manera en la que pueden hacer un ahorro, pues trabajando en el campo sólo consiguen dinero para vivir día a día.
TALLER FAMILIAR
“Cuando se llega la temporada de elaborar las piñatas, me siento contento porque durante mis 17 años que llevo haciéndolas es la única forma en la que puedo hacerle algo a la casa y dejar un ahorro, trabajando en el campo de jornalero ganamos muy poco dinero, nomás nos alcanza para hay llevárnosla”, contó Sergio Gutiérrez Acosta, productor de piñatas de la comunidad La Angostura.
Sergio, junto con su esposa, dos hijos, además de dos amigas de la familia, fabrican más de 10 mil piezas durante cuatro meses.
Sus padres les enseñaron el oficio para que les ayudaran a generar más productividad y así obtener más dinero y poder solventar los gastos de la casa.
En Tierra Blanca, Rocío Barrón, esposa y madre de un niño, fabrica piñatas desde hace 16 años, ella trabaja en su elaboración durante todo el año, sus clientes acuden cada mes por 150 piezas y durante la temporada llega a fabricar hasta 4 mil.
Debido a que tiene familia, por las mañanas trabaja en una fábrica de elaboración de calzado y por las tardes se dedica a hacer piñatas.
Sus cuñadas le enseñaron a realizarlas, ya que ella es de otra comunidad donde no tienen esta colorida tradición.
“Cuando llegué a la casa de mi esposo, sus hermanas me enseñaron a hacer piñatas para ganar dinero y así ayudarnos, en mi rancho no se ve esto, por eso fue bien complicado enseñarme, son muchos procesos pero poco a poco le vas agarrando, es una entretención y paciencia.
“Es un sacrificio hacerlas pero el gusto de ver a los niños que se están divirtiendo al estar rompiéndola me da mucho gusto y orgullo”, dijo Rocío Barrón.
Las piñatas de Sergio y Rocío son vendidas a clientes de tiendas ubicadas aquí en la Capital, además de León, Guadalajara, Silao, Romita, Cuerámaro, Querétaro, entre otros municipios.
Dentro de las figuras que realizan sobresalen las estrellas, ositos, burros, Winnie Pooh, Chilindrinas, Bob Esponja, Dora la Exploradora, Rosita Fresita, Batman y este año les han solicitado mucho del personaje Pepa Pig.
SU ELABORACIÓN
Para la creación de una piñata se necesitan moldes, periódico, papel de china picado, engrudo.
El proceso consta de 3 etapas:
La primera es la realización de manos, pies o patas y cabeza, conocido como el tronco de la piñata, lo dejan secar durante 30 minutos. La segunda consiste en armar las partes del tronco obteniendo la figura deseada, también se deja secar. Por último, está la fase de vestir, es la más complicada y requiere de más tiempo, debido a que hay que colocar papel de colores dependiendo del personaje que se está recreando.
En esta última fase las que se encargan de realizarlo por lo regular son mujeres.
“Yo me encargo de vestir las piñatas, es la parte donde se lleva más tiempo por estar pegándole el papel de china con cuidado y adecuadamente, hace 5 años comencé con este trabajo, por lo que ya tengo práctica, se me hace fácil, tiene maña esto para poder vestir ‘rapiditamente’ la figura”, mencionó Diana.
Año con año, la familia Gutiérrez Acosta realiza más piñatas, su producción va en incremento, al igual que la de Rocío Barrón.
Ambos piñateros seguirán elaborando piñatas hasta que puedan, a fin de obtener un dinero extra pero ya les están inculcando este oficio a sus hijos para que sigan con la tradición.
Elaboración de piñatas, una colorida tradición
En las comunidades Tierras Blancas y La Angostura, las casas se convierten en talleres familiares.