En años recientes la tradicional celebración de la “misa de gallo” ha comenzado a dejar de realizarse como en antaño, y de acuerdo con sacerdotes prácticamente ha dejado de celebrarse en los templos e iglesias de esta ciudad.
Estas celebraciones religiosas que eran consideradas como obligatorias para generaciones anteriores y que se celebraban la víspera de la Navidad, el Año Nuevo y la vigilia pascual, se acostumbraba llevarlas a cabo justo a las 12:00 de la noche.
El Abad de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, Rubén de la Cruz Martínez, explicó que la “misa de gallo” es una celebración eucarística, considerada como especial, pues por las fechas en que se realiza y que son de las más importantes para la religión católica representa la más importante en donde se recuerda el nacimiento del Hijo de Dios, el último día del año y la pasión y muerte de Jesucristo.
Precisó que hasta hace unos años eran tres ocasiones al año en que se realizaban estas eucaristías: la vigilia pascual, un día después de la pasión y muerte de Jesucristo, Navidad para celebrar el nacimiento de Jesús y Año Nuevo para despedir un año de prácticas religiosas.
Una de las características principales de esta celebración, también conocida como “Misa de Aurora”, es que tanto las lecturas, como el evangelio se refieren a las narraciones del nacimiento del Hijo de Dios.
En algunas iglesias de esta ciudad, esta costumbre también se ha modificado, y en algunos casos se lleva a cabo a las 10:00 de la noche, aunque al parecer sólo templos como Belén y el Oratorio de Felipe Neri (La Compañía) son las únicas que la celebran.
“Lo que hacemos actualmente en la Basílica es la misa ordinaria de Navidad y Año Nuevo, la cual inicia a las 9:00 de la noche y con eso cerramos las celebraciones por el nacimiento del Niño Dios”, afirmó.
Señaló que la tradición se ha perdido por diferentes circunstancias, como el hecho de que muchas familias dejaron de asistir por lo incómodo de la hora y en otros casos por las bajas temperaturas que afectaban la salud de los creyentes, en especial los niños.

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