El trajinar de los Reyes
Invaden calles del Centro y comercios en busca de los regalos
Un inusual ir y venir se vivió la mañana, tarde, noche y madrugada de ayer en esta ciudad, cuando miles de padres de familia salieron a las calles para ayudar a los Reyes Magos a comprar los regalos para este 6 de enero.
Tiendas de autoservicio y regalos, además de lugares dedicados a la venta de productos para este fin como el Jardín del Cantador y la Ex Estación fueron materialmente invadidos por padres y madres que tuvieron que hacer frente a un fuerte gasto que representó la compra de los juguetes.
Una vez más el costo y los precios para poder adquirirlos fue lo que más problemas causó, quienes tuvieron que recurrir a diversas formas para poder llevar alegría a los pequeños, que esperaron con ansia todo un año para ver cumplido sus sueños.
Algunos tuvieron que estirar el gasto de la casa, otros hicieron su guardadito del aguinaldo, algunos más recurrieron a créditos y otros a préstamos personales, pero todos cumplieron con la tradición y lograron que este día siga siendo el más esperado por los pequeños.
En los locales, puestos y establecimientos dedicados a la venta de regalos, las personas iniciaron su recorrido en la búsqueda de los mejores precios y la mayor variedad de productos.
El recorrido llegó a durar horas en algunos casos, mientras que quienes fueron previsores y apartaron sus regalos, sólo pasaron a recogerlos para llevarlos a casa y de esa manera hacer las delicias de los miles de niñas y niños que ya gozan de sus obsequios.
Ser Rey Mago no es una labor sencilla, como lo apuntaron algunos habitantes de esta ciudad que fueron abordados por am Express, pues no importan los precios que hay que pagar, lo importante es cumplir con la costumbre de llenar de alegría los hogares.
Al igual que los juguetes y productos electrónicos, los dulces siguen conservando un lugar predilecto, especialmente de los niños que junto con sus regalos, esperan su bolsa de dulces.
Con la celebración de los Reyes Magos, también llega a su fin la época de festejos con motivo de la Navidad y el Año Nuevo, por lo que a partir de mañana todos vuelven a sus actividades cotidianas, los padres al trabajo y los hijos a la escuela.
Mateo tiene fe
Mateo González, de 5 años, quiere ser bombero cuando sea grande, este año pidió a los Reyes Magos un camioncito de bomberos, un triciclo y pelotas, pero con un gesto de desilusión platica que a ver si este año sí llegan porque el año pasado “ no llegaron los Reyes” aunque los estuvo esperando.
Mateo es el más pequeño de sus hermanos, Ismael tiene 11 años y el mayor 13, viven con su mamá, quien es madre soltera, en la colonia Las Águilas, ubicada a un lado de la colonia El Edén, ambas son zonas de la periferia de la ciudad, lugares marginados.
Mientras los niños hacen la peticiones como una bicicleta, un triciclo, un carrito de control remoto, un pizarrón, pelotas y demás, su mamá aprieta los labios y se toca la cabeza con las manos, pues sabe que para los Reyes Magos son deseos casi imposibles de sus hijos.
“Yo quiero una bicicleta para hacer mandados, y un carrito de control remoto”, comenta Ismael, quien está seguro que este año los Reyes sí llegarán.
Sin embargo, su mamá, quien se dedica al aseo en casas de la ciudad y a vender frituras y algunos productos de belleza, dice que si les traen algo, serán los Santos Reyes que vienen de a pie, es decir, que tardarán en llegar.
Duermen con esperanza de que les lleguen sus regalos
Luego de portarse bien todo el año, Priscila Yemilit, con tres años de edad, sueña que este año los Reyes Magos lleguen a su casa con un “Nenuco”, el muñeco de sus sueños.
Mientras que su hermanita María Guadalupe también sueña y confía que los Reyes Magos se toquen el corazón, para que lleguen a su casa con una muñeca de llamada Dora y una bicicleta.
Las hermanitas habitan en la colonia El Edén, en la calle principal, una zona donde las calles son de terracería y el frío cala fuerte en la piel.
Así que aunque las pequeñas sueñan con sus juguetes, sus papás consideran que una ropita calientita sería mejor para soportar el frío.
Esperarán todo el día sus juguetes
Miles de niños guanajuatenses despertaron desde muy temprano para jugar con sus nuevos juguetes, sin embargo, desgraciadamente no todos los pequeñines tuvieron la fortuna de que los Santos Reyes visitaran sus hogares.
ÁNGEL Y ELOY NO PIERDEN
LA ESPERANZA
Desde la noche de ayer, Ángel y Eloy, no pudieron dormir tranquilamente esperando con ansia la llegada de los Reyes Magos; este año Ángel se preparó todo el año y aprendió a andar en bicicleta, con la esperanza de que en esta ocasión, los Reyes pudieran traérsela.
Los dos pequeñines no saben si los Reyes podrán traer los regalos que han pedido este año, sin embargo mantienen la esperanza de no quedarse con las manos vacías, ya que en otros años, siempre han llegado con otros regalos, aun cuando no sean los que pidieron.
Nunca ha tenido Reyes
Acostumbrado a no recibir regalos, ni tampoco a festejar el “Día de Reyes” desde que tiene memoria, a Juan Antonio no le entusiasma esta celebración, pues para él y su familia es más importante obtener que comer.
Junto con su madre y sus hermanas, todos los días recorren los locales y comercios del Mercado Hidalgo, en donde los locatarios le dan alguna ayuda, ya sea por tirar basura o hacer algún mandado, aunque también vende dulces y chicles.
“Eso es para los ricos, nosotros si no salimos a buscar no comemos, somos pobres y no tenemos para esas cosas”, dijo mientras con la mirada intenta esquivar ser tomado por la cámara de este medio.
Si bien, se ve más niño, aseguró que pronto va a cumplir ya 10 años y en todo ese tiempo no ha recibido regalo alguno, pero eso no lo desanima porque como explicó lo importante es “poder ayudar a mi mamá”.
Realizan la rosca de Reyes para subsistir
Como cada año, los internos del Centro de Rehabilitación “Amor a la Vida” salieron a las calles de la ciudad para ofrecer la tradicional “Rosca de Reyes” que ellos mismos elaboran, como una forma de allegarse de recursos para mantener en funcionamiento este lugar
En este centro, en donde actualmente se encuentran albergadas 48 personas, todos participan en la elaboración de este tradicional pan que a lo largo de los años ha logrado unir a miles de familias.
Ubicado en las inmediaciones de la comunidad Puentecillas, “Amor a la Vida” ha logrado que sus internos, pese a todos sus problemas, participen de esta tradición.
Mientras algunos trabajan en la elaboración de este alimento, otros salen a la calle vestidos de la manera en que lo hicieron los “Magos de Oriente” y con los recursos que obtienen contribuyen a sostener este centro, el cual no recibe apoyo económico de alguna institución de gobierno.