El oficial Ramírez empezó su carrera policial como muchos de sus compañeros, por necesidad, pero ahora es uno de los que mejor hacen su trabajo.
Por su desempeño, sus jefes lo han enviado a cubrir casi todos los servicios que tiene que cumplir la Policía Municipal.
Comenzó recorriendo las calles y los callejones, luego lo asignaron a servicios fijos y posteriormente de patrullero, además en ocasiones ha apoyado a los grupos especiales de la corporación.
Hace 10 años ingresó a la Policía Preventiva y desde entonces trae el uniforme puesto porque le gusta ayudar a la gente a pesar que en dos ocasiones ha resultado lesionado en persecuciones.
“Dos veces he resultado lesionado, una ocasión me fracturaron una costilla de una pedrada en Cerro de los Leones cuando buscábamos a unos delincuentes, la segunda vez me lesionaron en la frente, también una pedrada, pero sigo firme y con ganas de seguir haciendo bien las cosas”, relató.
Dice que para ser un buen policía se tiene que tener la sangre fría, pues tienen que estar en todo tipo de reportes, desde accidentes hasta enfrentamientos.
“Me ha tocado tener que ir a atender accidentes donde las personas resultan muy mal heridas, a punto de morir y lo único que tienes que hacer es ayudarlas, platicar con ellas, decirles que todo va a estar bien, darles ánimos, darles una esperanza en los últimos momentos, por eso hay que tener la sangre fría”.
Ha participado en persecuciones en patrulla y a pie, por ejemplo en la comunidad El Zangarro tuvo que bajarse de la unidad y corriendo pudo detener a un delincuente que acababa de robar en una casa, lo tiró al piso, le puso las esposas y lo llevó a la Comandancia.
Con sangre fría
Se hizo policía por necesidad, ahora es uno de los mejores.