Cientos de personas salieron ayer en una de las últimas peregrinaciones a San Juan de los Lagos para pagar sus mandas a la Virgen.
Niños, mujeres y hombres de todas las edades caminan sin descanso desde Guanajuato hasta San Juan de los Lagos, algunos llevan imágenes de la Virgen y de los santos que veneran, algunos dicen que entrarán hincados al templo porque así lo prometieron, otros sólo quieren llegar y agradecer los milagros recibidos y orar por sus familiares.
Entre el grupo camina Joaquín, un joven de 19 años que lleva en su espalda un cuadro con la imagen de la Virgen, platica que desde hace meses tenía pensado ir a visitarla y prometió llevar su imagen en agradecimiento por los favores recibidos el año pasado.
“Es la primera vez que salgo como peregrino, aunque ya tenía tiempo con la idea. Veo a muchas personas que se van caminando, que le sufren para llegar hasta San Juan de los Lagos, veo gente grande y entonces sé que yo también puedo llegar.
“Y tengo pensado también ir de peregrino aunque no lo prometa como pago de alguna manda”, mencionó.
Otros sanjuaneros decidieron llevar en sus hombros un crucifijo, a pesar de que significa más cansancio, pero están seguros de poder llegar.
“Yo no lo tenía pensando, pero antes de salir de casa me acordé que tengo un Cristo grande que pesa como diez kilos y me lo traje y ahora que lo traigo se siente más pesado es más cansado ir avanzado con el peso de la cruz extra, pero lo volveré hacer la próxima vez y las veces que se pueda”, comentó Edgar Palacios, quien camina con el resto del grupo.
Casi todos llevan el mismo paso, no falta quien se adelante un poco pero kilómetros adelante se detiene para descansar y esperar a sus compañeros, porque dicen que salieron juntos y juntos tienen que llegar.
En las noches buscan lugares que estén cerca de algunas casas de poblados por donde van pasando para dormir, improvisan guaridas con lonas y cobijas o casas de acampar que colocan a la orilla de la carretera.
Al día siguiente antes de las 7 de la mañana empiezan su peregrinaje otra vez y se animan entre ellos: “Ya falta poco”, les dice Edgar a sus compañeros y sigue avanzando.
Los mueve la fe; salen últimas peregrinaciones
Caminan hasta San Juan con pesados crucifijos a cuesta.