Hace poco más de 48 años, Juan Barrera Rojas inició por convicción propia su participación como integrante de la hermandad de cargadores del templo de La Compañía, tradición que espera heredar a sus hijos para que se conserve y se fortalezca en su familia.
Ser parte de los 800 cargadores que conforman este grupo es motivo de orgullo para este hombre, que aprovecha su tiempo disponible, pues ya es jubilado, para realizar estas labores y como él mismo dice: “Mostrar agradecimiento a Dios”.
“Tengo 48 años de participar como cargador y me gustaría heredar a mis hijos esta tradición que a mí me dejó mi padre y que espero se transmita por muchas generaciones”.
Barrera Rojas señaló que si bien todos los que participan en estas labores lo hacen por convicción propia, desde luego que implica sacrificios, pues el tiempo que destinan a estos fines bien podrían emplearlo en su familia.
Explicó que ser cargador no es una labor sencilla, pues requiere de tiempo y sobre todo buena forma física para soportar el peso de las andas y de las figuras religiosas, que superan la tonelada.
“No es fácil y tenemos que ser muchos porque el peso de las andas es de más de una tonelada, pues además de la madera llevan una plataforma de acero y con todo eso hay que cargar y descalzos”.
Espera heredar tradición de medio siglo
Hace poco más de 48 años, Juan Barrera Rojas inició por convicción propia su participación como integrante de la hermandad de cargadores del templo de