Los 82 alumnos de bachillerato de la comunidad Puerto de Santa Rosa, estudian en tres cuartos de una casa que rentan, están esperando que el gobernador Miguel Márquez cumpla la promesa que les hizo hace seis meses de construirles una escuela.
Los estudiantes se turnan para entrar a clases porque no caben en las tres habitaciones de cuatro metros cuadrados que integran la casa enclavada en la sierra de Santa Rosa.
No tienen canchas deportivas y el taller de panadería ubicado en uno de los cuartos no tiene las medidas de seguridad necesarias, por lo que corren el riesgo de sufrir un accidente por el gas y los hornos que manejan.
Cuentan con dos baños que son usados al mismo tiempo por hombres y mujeres, uno de los sanitarios está adentro de un salón.
El espacio que ocupan es insuficiente, por lo que los padres de familia intentan rentar otro cuarto de una casa contigua pero tendrían que pagar una renta total de 3 mil 500 pesos mensuales y el dinero ya no les alcanza.
Al bachillerato acuden alumnos de varias comunidades, como Santa Rosa, Guanajuato, Monte de San Nicolás, La Concepción, Peregrina, El Cubo y Calvillo.
Para llegar a la casa donde estudian, los estudiantes que viven más cerca tienen que caminar entre caminos estrechos de tierra y empedrado al menos media hora, el resto tarda mucho más.

Promesa sin cumplir
“Hace seis meses nos visitó el gobernador Márquez, llegó en un helicóptero, aterrizó en el patio, se comprometió a construir una escuela a la brevedad, incluso dijo que si era necesario se compraría el terreno pero a la fecha ninguna dependencia sabe nada.
“Los alumnos han estado rentando varias casas que ocupan como escuelas, en esta que actualmente usan ya tienen dos años pero han andado rentando de un lado a otro en varios lugares”, mencionó Eduardo Blancarte, padre de familia.
De acuerdo con los maestros del lugar, el Sistema Avanzado de Bachillerato y Educación Superior (Sabes), al que pertenecen los alumnos, es prioritario en la comunidad pero no tiene la capacidad para cubrir las necesidades básicas educativas de los jóvenes, empezando por infraestructura digna.
“Los tres cuartos que usan los alumnos para recibir sus clases son insuficientes, urge que se les construya la escuela. Ya no cabemos no hay espacio”, refirió un profesor.
Además de la falta de espacios adecuados, los alumnos no cuentan con pupitres en buenas condiciones y los maestros no tienen escritorios adecuados.
En el poblado hay un terreno que fue donado para la construcción de la escuela pero las autoridades educativas no han dado seguimiento al caso.
Los papás agregaron que han insistido ante el Instituto de Infraestructura Física Educativa de Guanajuato (Inifeg), pero no les dan información pese a que fue una indicación del Gobernador.

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