La plazuela del Ropero que se encuentra en el centro de la ciudad, ha sido transformada en bodega por negocios, establecimientos, proveedores y distribuidores, pese a estar incluida dentro del polígono de Patrimonio Cultural del Humanidad. Además  ha sido invadida por bancas y mesas de un restaurante del lugar, al que se le  autorizó utilizar la vía pública. También es parte del “Corredor de las Esculturas”, espacio que abarca desde el Museo Iconográfico del Quijote hasta el inicio de la calle del Campanero.

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