Mientras el Festival Internacional Cervantino cumple ya 43 años, los artesanos, a los que la gente conoce como ‘hippies’, llevan ya dos décadas de ofrecer sus productos y atraer a miles de compradores que dan el toque de diversidad que caracteriza a este evento cultural.
Ubicados en la calle de Mendizábal, estos artesanos han tenido que trabajar intensamente para lograr posicionarse en el gusto de los asistentes al FIC, sin que para ello influya el nivel socioeconómico o cultural de las personas que los visitan.
Entre los productos que ofrecen destacan ropa, calzado, música, alimentos, piedras y un sinfín de artesanías.
A diario en el lugar, son vistos cientos de turistas nacionales e internacionales, quienes no pueden resistirse al encanto de los productos.
Los hippies comenzaron a ser reconocidos desde la década de 1990, cuando se instalaban en el Jardín del Cantador y ahora en su nueva ubicación, la gente sabe que venir al Cervantino y no visitarlos es como si no hubieran venido al festival.
Los “hippies” son una tradición del Cervantino
Mientras el Festival Internacional Cervantino cumple ya 43 años, los artesanos, a los que la gente conoce como “hippies”, llevan ya dos décadas de ofr