El Día de Muertos no está completo en ningún hogar capitalino sin el tradicional pan de anís.
Es tradición que las ofrendas que se colocan para honrar a los fieles difuntos este delicioso pan tenga un lugar especial.
Uno de los panaderos mas experimentados en su preparación es Demetrio Rodríguez, quien desde hace más de 70 años maneja con maestría el arte de convertir el azúcar y la harina en delicioso pan.
El panadero explica que fue a la edad de 8 años que se vio en la necesidad de trabajar y aprovechando que uno de sus tíos era propietario de un amasijo por el rumbo del Cerro del Gallo, comenzó su andar en los caminos de la repostería limpiando charolas pero paralelamente aprendió a mezclar los ingredientes, amasar y formas los diferentes estilos de pan dulce y bolillo.
Demetrio se considera un panadero mixto, ya que sabe preparar desde bolillo hasta repostería fina, pasando por el Pan de Muerto que es tradicional de la temporada de octubre y noviembre.
Además, Demetrio también aprovecha la época para hacer figuras de alfeñique artísticas con las que ha ganado varios premios, por lo que se considera un artista del Día de Muertos.

Preparación:

1 Se amasa la harina con agua y levadura, se deja reposar por algunas horas hasta que fermente.

2 Después se le agrega más harina, azúcar y anís en polvo.

3 Se pesa y se forman pequeñas bolitas a las que se les da la forma de óvalos y con una espátula se cortan dos trozos de masa que formarán los ‘brazos’ del difunto.

4 Una vez formada la figura del muertito, se hornea por varios minutos en un horno de ladrillo.

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