Hace trece años cuando inició su operación la planta tratadora de aguas residuales Noria Alta, los usuarios del servicio de agua potable estaban en contra del cobro que se les aplicaba por concepto de ‘saneamiento’, sólo que esa aportación ha logrado que a la fecha se limpie toda el agua residual que se genera en la Cañada.
Con una capacidad para sanear hasta 9 mil metros cúbicos de aguas residuales al año, esta planta ha logrado además de mejorar el entorno ecológico del Río Guanajuato, generar una cultura del reuso del vital líquido entre los cientos de miles de habitantes de la Capital.
Si bien el agua que se regenera en el lugar no sirve para que la usen las personas, poco a poco va creciendo la demanda en rubros como riego de parques y jardines, uso en labores de obra pública y hasta para el lavado de plazas y calles de la zona Centro.
En este lugar las aguas residuales son tratadas para evitar el deterioro del medio ambiente y los ecosistemas acuáticos.
“Toda el agua residual que se genera en la zona de la Cañada se trata aquí. Lo que más tratamos es el agua que se utiliza en hoteles y restaurantes, además de las de los hogares”, dijo Patricia Corona Delgado, encargada de la planta tratadora.
La importancia de este tipo de procesos fue destacada por Patricia, quien explicó que de no haberse implementado estos procesos, actualmente el Río Guanajuato y otros afluentes enfrentarían serios problemas de contaminación.
“El saneamiento ha dado muy buenos resultados, además de lograr volver a utilizar el agua en otras actividades, ya no se daña el medio ambiente, ni los ríos, ni arroyos”, afirmó.
Reutilizan el agua de la Cañada
Con saneamiento de aguas residuales generan la cultura del reuso del vital líquido.